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Ha trascendido a la opinión pública que el exquisito bailarín de claqué Guti se las tuvo el otro día tiesas en el banquillo con Peseiro, la mano derecha de Queiroz, mandándole probablemente a "freir monas" en plena final de la Copa del Rey. Resulta que el niño tiene otros seis años de contrato fijo, es capitán del equipo porque lleva en el banquillo desde juveniles y cobrará exactamente lo mismo juegue o no juegue, marque goles o no le pegue jamás una patada a un bote; por el contrario, C.Q. y sus muchachos tienen un "contrato por obra" y si al finalizar la temporada Florentino Pérez reflexiona –que es precisamente lo que el portugués le ha exigido al presidente en Real Madrid Televisión– le pondrá de patitas en la calle. El problema es ese: pasarán por lo menos dos o tres "Peseiros" más por el Madrid antes de que a José María Gutiérrez, la eterna promesa, le den el homenaje por haber sido suplente de lujo desde los felices años noventa.
 
Queiroz pide reflexión, que no tiene nada que ver con la flexión que es lo que él hizo al sustituir a Solari cuando Raúl estuvo desaparecido durante todo el partido. Pide reflexión y exige que su opinión sea tenida en cuenta en julio, lo que indica dos cosas: primero, es un iluso porque aún no se ha dado cuenta de que él no está en condiciones de exigir nada; y segundo, es un optimista porque piensa que puede llegar al verano. Según cuentan, Florentino Pérez empezó a reflexionar seriamente ya en el mes de septiembre, aunque no sobre la cantera sino sobre la idoneidad de su nuevo entrenador. A Queiroz le dieron un "chapuzón táctico" en Montjuich y todavía se la juega diciendo eso de que en el Madrid "tiene que estar la élite". ¿También en el banquillo?
 
Por cierto que desde el grupo PRISA están muy interesados en demonizar a César y ascender rápidamente a los altares a Casillas. La campaña de descrédito resulta tan burda y atufa tanto que sólo engañará a los lerdos. Algunos de los que hoy atacan con saña al segundo portero del Real Madrid por el mero hecho de existir y estar ahí, fueron los mismos que apodaron en su día a Portillo como el nuevo "Gerd Muller merengue". A eso le llamo yo olfato e intuición periodística. Casillas es, para quien esto escribe, mejor portero que César porque Iker es el mejor portero del mundo, pero eso no tiene nada que ver con el hecho de que el miércoles el portero del Madrid pudiera hacer más bien poco en los tres goles. Es más fácil sin embargo arremeter contra César que hacerlo contra Raúl. Lo bauticé hace tiempo como "periodismo Lewinsky".
 

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