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Juan Manuel Rodríguez

Nos dieron con el stick en la cabeza

Hay que reconocer que los negociadores enviados a Miami por la Generalitat de Cataluña no han dicho esta boca es mía. De hecho Josep Bargalló, conseller en cap, si les felicitó por algo fue precisamente por haber "sabido mantener el silencio para no estropear el acuerdo alcanzado". La Federación Internacional de Patinaje (FIRS) admitió este viernes a la Federación Catalana entre sus miembros de pleno derecho; y lo hizo, según se encargó de resaltar Bargalló, con la lengua pegada al paladar, en absoluto silencio. Lo más peligroso del caso es que, según ya han reconocido públicamente algunos responsables del deporte catalán, las negociaciones se estaban llevando ¡desde 1998!, lo que nos lleva a pensar que o bien la discreción de los negociadores ha sido realmente impresionante o la diligencia de la secretaría de Estado para el Deporte ha vuelto a brillar por su ausencia.
 
Si alguien quiere saber dónde estaba este fin de semana Juan Antonio Gómez Angulo ya puede ir tachando de su lista la ciudad de Miami. Allí no estaba. Por no estar, no estaba ni uno sólo de los representantes de nuestro deporte a nivel nacional que, más que en funciones, deben encontrarse en disfunciones o recogiendo las fotografías de sus respectivos despachos y pensando ya en un nuevo destino. La "patata caliente" será para quien llegue ahora porque Cataluña tiene abiertas negociaciones para procurar el reconocimiento de hasta cinco federaciones internacionales más. Rafael Niubó, secretario general del deporte catalán, sí estaba al parecer donde debía y, desde Miami, insistía en que se habían acabado los "partidos de entretenimiento". Ahora viene lo serio.
 
La decisión de la Federación Internacional no es definitiva, puesto que debe ser ratificada en un nuevo congreso que se celebrará en noviembre; pero, sin embargo, sí tiene efectos inmediatos. El hecho de que el presidente de la FIRS sea curiosamente el catalán Isidro Oliveras (otro callado más, supongo) no resulta nada halagüeño. Y las dramáticas declaraciones del presidente del Consejo Superior de Deportes en el sentido de que dicho reconocimiento "debe obedecer a criterios económicos y coyunturalmente políticos" no ayudan al respecto... ¿Cómo que "debe obedecer"? ¿Todavía no sabe a qué obedece? Quizás habría ayudado algo el hecho de que en la reunión que se llevó a cabo en Miami hubiera estado físicamente presente algún responsable del CSD para que explicara la postura española mientras admitían en un absoluto secreto a la Federación de Cataluña como miembro de pleno derecho.

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