La pregunta del millón de dólares ya tiene una respuesta: Samuel Eto'o no jugará con el Fútbol Club Barcelona. Despejada definitivamente esa hipótesis, a Florentino Pérez le queda ahora resolver la duda de dónde lo hará la próxima temporada el camerunés: Mallorca (lo más probable), Real Madrid (esta temporada, imposible) o Liverpool, remota posibilidad que anoche mismo adelantaba mi compañero Tomeu Maura en "El Tirachinas" de la Cadena Cope. Joan Laporta ha vuelto a equivocarse de peso; el suyo es un peso medio y, planteando el asunto de Eto'o tan erróneamente como lo hizo, no cabía la menor duda de que tarde o temprano aparecería el demoledor gancho de Florentino, mandando, como diría Jaime Ugarte, a la "habitación del sueño" al presidente culé. La fortuna de Laporta es que no se transmitió en directo la pelea, ni hubo tampoco fotografías o imágenes que recogieran su caída a la lona.
No parece que Eto'o vaya a convertirse en el nuevo "Espartaco" del fútbol español ni que vaya a denunciar su contrato de trabajo por esclavizante, de forma que todo apunta a que permanecerá cedido a regañadientes un año más en el Mallorca y que, la próxima temporada y tras el "baile de nacionalizaciones" que se prevé, será presentado como futbolista del Real Madrid, circunstancia ésta que en un principio (después de la última goleada balear en Madrid y los ostensibles gestos que Samuel dirigió hacia el palco) parecía ser la que reivindicaba con ahínco el propio interesado. Florentino dixit: "¿No querías caldo?... Pues toma dos tazas"...