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Juan Manuel Rodríguez

Respuesta a la pregunta del millón de dólares

La pregunta del millón de dólares ya tiene una respuesta: Samuel Eto'o no jugará con el Fútbol Club Barcelona. Despejada definitivamente esa hipótesis, a Florentino Pérez le queda ahora resolver la duda de dónde lo hará la próxima temporada el camerunés: Mallorca (lo más probable), Real Madrid (esta temporada, imposible) o Liverpool, remota posibilidad que anoche mismo adelantaba mi compañero Tomeu Maura en "El Tirachinas" de la Cadena Cope. Joan Laporta ha vuelto a equivocarse de peso; el suyo es un peso medio y, planteando el asunto de Eto'o tan erróneamente como lo hizo, no cabía la menor duda de que tarde o temprano aparecería el demoledor gancho de Florentino, mandando, como diría Jaime Ugarte, a la "habitación del sueño" al presidente culé. La fortuna de Laporta es que no se transmitió en directo la pelea, ni hubo tampoco fotografías o imágenes que recogieran su caída a la lona.
 
No parece que Eto'o vaya a convertirse en el nuevo "Espartaco" del fútbol español ni que vaya a denunciar su contrato de trabajo por esclavizante, de forma que todo apunta a que permanecerá cedido a regañadientes un año más en el Mallorca y que, la próxima temporada y tras el "baile de nacionalizaciones" que se prevé, será presentado como futbolista del Real Madrid, circunstancia ésta que en un principio (después de la última goleada balear en Madrid y los ostensibles gestos que Samuel dirigió hacia el palco) parecía ser la que reivindicaba con ahínco el propio interesado. Florentino dixit: "¿No querías caldo?... Pues toma dos tazas"...
 
No creo que suponga mayor problema el claro alineamiento de Eto'o con el Barcelona a lo largo de los últimos días. Ha supuesto más una cuestión estratégica y reivindicativa que otra cosa, y para Laporta ha debido ser bonito mientras ha conseguido alargar el "culebrón" en la prensa. Y digo que esa declaración pública de amor hacia unos colores no supondrá mayor inconveniente porque hay mil ejemplos al respecto. No recuerdo un futbolista más vejado por los aficionados merengues que Hugo Sánchez cuando visitaba el estadio Santiago Bernabéu vistiendo la camiseta rojiblanca del Atlético. Fue fichar por el Real Madrid y aquello se convirtió en "mano de santo" para el mejicano; los humillantes "¡indio, indio!" que surgían desde la grada se transformaron en los admirativos "¡Hugo, Hugo!" en cuanto el delantero centro empezó a marcar goles con aquella picardía que le caracterizó como jugador. Estaba escrito que Samuel Eto'o acabaría "explotando" en la que fue su casa de adopción deportiva nada más aterrizar en España. Laporta debe dar gracias a Dios de que no existan imágenes de la pelea.

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