Menú
Juan Manuel Rodríguez

Del escándalo "Yong Kim" al "scoop" de la BBC (II)

El sistema de distribución de dinero que se estaba llevando a cabo hasta ahora finalizará en cuanto acaben los Juegos de Atenas que se inaugurarán dentro de diez días; esa fue una de las medidas que se adoptaron nada más conocer los casos de corrupción vinculados a la candidatura de Salt Lake City. En estos momentos, el sesenta por ciento de los ingresos va destinado al comité de organización, mientras que el otro cuarenta por ciento se divide en tres partes iguales, una para las federaciones participantes, otra para los diferentes comités olímpicos nacionales y otra para el propio COI. Después de Atenas el comité organizador "sólo" recibirá el cincuenta por ciento y las otras tres partes elevarán sus beneficios del trece al diecisiete por ciento del total. En teoría, la reducción de los ingresos de las ciudades tendría que disminuir también la posibilidad de corromper a los miembros del COI. Eso es en teoría, en la práctica...
 
El sistema que había construido en su cabeza el ex presidente Samaranch y que ahora deberá edificar Jacques Rogge consistía, además, en la puesta en marcha de un "grupo especial", naturalmente dentro del propio COI, que sería el encargado de hacer una selección previa de las ciudades candidatas, tras la cual sería la propia Asamblea quien decidiría la sede definitiva a la vista de los diferentes proyectos presentados. Está claro que en ese nuevo sistema de trabajo quedarían excluidos todos los viajes de miembros del COI a las ciudades candidatas. Parece mentira pero la gente también se vende a esos niveles por un par de billetes de avión, el alojamiento en un hotel de cinco estrellas y un recuerdo gratis al final del día (el COI tiene absolutamente prohibidos todos aquellos regalos que superen los ciento cincuenta dólares).

¿Y por qué tanta prevención?... Al margen de lo que resulta obvio, (la gente se deja comprar) está claro que el denominado "Movimiento Olímpico" tiene ya muy poco que ver con aquel que soñara el barón Pierre de Coubertin, segundo presidente del COI. Los Juegos Olímpicos se han convertido en una empresa perfectamente engrasada y cuyo objetivo esencial es la generación de miles de millones de dólares. Al consolidar y expandir por todo el planeta dicho "Movimiento Olímpico", lo que hizo inconscientemente Samaranch fue multiplicar también la posibilidad de corromper a sus organizadores. El mismo reconoció que, después de Sydney, se quedaría contemplando la "lucha" por su sucesión. Nada que ver con el gesto deportivo y esencialmente caballeroso que Coubertin, reconocido por todos como el auténtico padre de los Juegos Olímpicos de la Edad Moderna, tuvo con Demetrius Vikelas, cediéndole la presidencia al sostener que tal honor debía corresponderle a un ciudadano griego.

En Deportes

    0
    comentarios