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Guillermo Rodríguez

Matar al mensajero

Existe una línea de pensamiento que quiere criminalizar a Internet de todos los males que azotan al mundo.

Stephen H. Galton es una persona muy susceptible. Este abogado estadounidense ha demandado a Yahoo! tras recibir lo que, considera, es una serie de correos electrónicos “injuriosos”. No se sabe nada de los remitentes, menos aún del contenido de las misivas digitales que tan mal cuerpo le han dejado. Sólo se conoce, por el momento, que está muy disgustado con el portal estadounidense porque, además de no haber filtrado las cartas que tanta irritación le han causado, permite que los usuarios se registren con nombres falsos, lo que le impide conocer su identidad real.
 
No hace falta conocer el contenido de los mensajes ni saber qué animó a los autores a escribir los textos injuriosos para concluir que Galton se equivoca. Su idea es tan peregrina como denunciar a Correos por permitir que un desconocido nos envíe una carta repleta de improperios. Si acaso hay que matar a alguien es al remitente, no al mensajero.
 
Existe una línea de pensamiento que quiere criminalizar a Internet de todos los males que azotan al mundo. Si se ‘cuelgan’ imágenes de degollamientos, la Red es responsable, no los que ejecutan al rehén. Si se expanden las estafas on line, la culpa no se achaca a la escasa capacidad para detectar el engaño de la que hacen gala muchos usuarios, sino a Internet, que permite que esa fechoría se lleve a cabo. Por lo mismo, si conducimos a 180 kilómetros por hora y sufrimos un accidente, la responsabilidad debería recaer sobre el Ministerio de Fomento por construir las autovías, o al fabricante del coche por diseñar un modelo que alcance tamaña velocidad, no a la imprudencia del conductor.
 
Que Yahoo! señale en sus normas de uso que los usuarios no deben escribir mensajes "ilegales, dañinos, amenazantes, abusivos, tortuosos, difamatorios, vulgares, obscenos, intrusivos, llenos de odio, o racialmente o éticamente objetables", debe entenderse como un deseo, no como una obligación. Yahoo! sólo es el intermediario. No el culpable de que Stephen H. Galton tenga enemigos anónimos.
 

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