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Ignacio Villa

¿Dónde está Caldera?

Y es que el coche oficial y la cartera de cuero tiene estos problemas. Hay que lucirlos en invierno, pero también en verano hay que sufrirlos.

¡Quién le ha visto y quién le ve!. ¡Don Jesús que tiempos aquellos en los que usted no tenía vacaciones, era el azote del Gobierno y pedía comparecencias en el Congreso –todos los días del año– de los ministros del PP! ¡Cómo cambian las cosas! ¿Verdad don Jesús? ¡Cómo cambia el poder!

Estamos ya en los últimos días del mes de agosto. El primer Consejo de Ministros está a la vuelta de la esquina y Jesús Caldera sigue sin aparecer. Y no parece que este verano haya tenido motivos para desaparecer del mapa. Es verdad que ha dejado a la secretaria de Estado para parar los golpes; pero no parece que haya sido el verano de Consuelo Rumí. Sus declaraciones desde el chiringuito playero o desde las páginas del diario El País no han servido sino para sembrar confusión, polémica y desorientación en una cuestión de la importancia de la inmigración.

Pero es que la cuestión ahora no es la desastrosa actuación de Rumí este mes de agosto. La historia es otra bien diferente y se resume en una pregunta: ¿Dónde está el ministro Caldera? Y es que el coche oficial y la cartera de cuero tiene estos problemas. Hay que lucirlos en invierno, pero también en verano hay que sufrirlos. Es más, está la vanidad política de lucir los logros de su propia gestión, pero también hay que dar la cara cuando surgen los problemas. Caldera no ha tomado las riendas de esta cuestión capital y, lo que puede ser más grave, el ministro no quiere comparecer en el Congreso para informar de la política de inmigración. Si Caldera no quiere hablar de esto, si no quiere dar la cara en una de los terrenos más importantes de su cartera: ¿qué querrá hacer? Un auténtico misterio de la política.
En fin, han tenido que pasar muy pocos meses para que el propio Jesús Caldera –tippex aparte– se haya olvidado de todos sus viejos reproches y dejándose llevar por sus propias inercias. Caldera, como tantos otros ministros del Gobierno, ha elegido este verano el mutismo, pero en su caso reviste especial gravedad. Suspenso total.

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