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Juan Manuel Rodríguez

Laporta, victimista transversal

Este Barça suyo está más desviado que nunca, más que con Montal, Núñez o Gaspart, de su actividad fundacional que no debe ser otra que la estrictamente deportiva

Joan Laporta prometió un Fútbol Club Barcelona transversal y habrá que reconocerle al presidente azulgrana que eso lo está cumpliendo a rajatabla porque este Barça suyo está más desviado que nunca, más que con Montal, Núñez o Gaspart, de su actividad fundacional que no debe ser otra que la estrictamente deportiva. Otra cosa bien distinta es que Laporta quiera refundar el Fútbol Club Barcelona. No es de extrañar que Sandro Rosell, amigo suyo desde la más tierna infancia, no fuera capaz de reconocerle y al final no le quedara otro remedio que hacer las maletas y largarse con viento fresco.
 
En la presentación del libro El Barça y el franquismo, crónica de unos años decisivos para Cataluña, Laporta dijo que el Real Madrid era el "equipo más afecto al régimen", añadiendo a continuación que no quería ser un victimista, cayendo en una profunda   contradicción. Pero Laporta miente. Supongo que Franco trataría de servirse mediáticamente de todo lo que tuviera a su alcance, desde el Real Madrid de las cinco Copas de Europa hasta Lola Flores, El Cordobés, Manolo Santana o las naranjas de Valencia. Sin embargo lo que Laporta deja caer sibilinamente es que el Real Madrid de Di Stéfano, Rial, Gento, Kopa o Puskas ganó Ligas y Copas de Europa por su "afinidad con el régimen".
 
Entre los años 1939 y 1954 el Real Madrid no ganó ni una sola Liga y el Barcelona cinco. Es cierto que entre 1954 y 1975 el Real Madrid consiguió catorce Ligas, pero no lo es menos que el equipo presidido por Santiago Bernabéu se benefició de una pléyade de jugadores irrepetibles. Al Barça tampoco le fue nada bien con la República y, entre 1932 y 1939, no ganó ni un solo campeonato mientras que el Real Madrid lograba dos. El Real Madrid volvió a ser el equipo que más Ligas ganó con Felipe González como presidente del Gobierno (seis por cinco del Barcelona), y luego, tras la victoria del Partido Popular, volvió a repetirse la misma historia con José María Aznar en La Moncloa (tres por dos del Barcelona). No conozco un club de fútbol con más afectos políticos, aquellos que van desde la República al franquismo, y de ahí a la Unión de Centro Democrático, el Partido Socialista y el Partido Popular.

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