No es cierto que al fútbol se juegue mejor con diez jugadores que con once. Eso fue una soberana "boutade" de Helenio Herrera que luego acabaría siendo víctima de un personaje creado por él mismo, alguien de quien siempre se esperaban frases chispeantes e ingeniosas, ideas originales. Al fútbol se juega mucho peor con diez jugadores que con once. Es cierto que el campo se ve muy pequeñito en la televisión, pero luego es muy grande, enorme, casi inacabable. El gran H.H. se equivocaba por tanto. Y si ya es difícil afrontar un partido once contra diez, en el caso de este Barcelona resulta una misión casi imposible.
El Barça tiene unos jugadores magníficos que no paran de moverse los noventa minutos. Y lo hacen a una velocidad endiablada. Ganarle a este Barça en el Nou Camp jugando con diez es imposible. Y empatarle es muy difícil. Medina Cantalejo expulsó a Roberto Carlos en el minuto veinticuatro de partido, dejando al Real Madrid con diez jugadores desde ese momento. La decisión del árbitro se producía sólo tres minutos después de que el colegiado pitara un penalti inexistente a favor del equipo local. Empatarle un partido al Barça, jugando sólo con diez y tras haber encajado el gol culé después de un penalti inexistente es una auténtica heroicidad.