Pocos políticos ha dado España tan oportunistas y rastreros como el secretario de organización del Partido Socialista. En una nueva maniobra para desprestigiar a las víctimas del terrorismo y a todo el inmenso movimiento ciudadano que las acompaña, José Blanco se ha sacado de la manga una chirigota que afirma fue cantada por unos manifestantes en la marcha del pasado 3 de febrero. No contento con airear lo que él considera una incitación a su asesinato ha presentado una demanda en la Audiencia Nacional.
Creemos que no hace falta recordar que en las manifestaciones, especialmente en las multitudinarias, se da cita todo tipo de gente que grita, exhibe pancartas y da rienda suelta a un sinnúmero de pasiones personales escudada tras la muchedumbre. Por esto mismo nadie lo toma en serio, empezando por el ex presidente del Gobierno, acusado abiertamente de asesino y criminal de guerra en las célebres manifestaciones izquierdistas de los años 2003 y 2004. Por fortuna sigue quedando algo de sentido común en el sector judicial y un magistrado, Santiago Pedraz, ha desestimado la denuncia, suponemos que por lo absurdo de la misma.
Curiosamente, el que sí que fue agredido, insultado y golpeado durante una manifestación fue un hombre que asistió a la convocada por la terminal sindical del PSOE el 13 de enero. Según ha informadoLibertad Digital, varios participantes la emprendieron contra este hombre arrojándole al suelo. El episodio se cerró en un ambulatorio, donde fue atendido por un médico de urgencias, tras haber pasado por la comisaría de Retiro para denunciar los hechos. Casos como este, que ha llegado a nuestra redacción de pura casualidad, no existen para Blanco que, a pesar de todo, sigue cargando la crispación existente en el país a la derecha y su entorno. Lo de siempre pero incorporando un nuevo elemento: contra las víctimas, victimismo.