La catástrofe geológica japonesa ha desatado una tremenda ola antinuclear en España. La inmensa mayoría de los medios de comunicación critican la energía atómica. Hasta los propios japoneses han alertado del excesivo alarmismo mediático español. Sin embargo, los pueblos aspirantes al almacén nuclear, en lugar de negarse a su instalación, aumentan su interés.
Todos los candidatos destacan que, en España, el riesgo de terremotos y otras catástrofes geográficas es mínimo. La alerta japonesa no afectará a las candidaturas. Eso dice, al menos, el alcalde de Ascó (Tarragona), Rafael Vidal, de CiU. "La situación de Japón se debe a la posibilidad de que haya un proceso de fusión del reactor; en el almacén, esa situación es imposible puesto que no hay fisión nuclear", declara Vidal en El País. "No dudamos de su seguridad", añade.
A seis kilómetros al norte de Ascó encontramos Flix. Su alcalde socialista, Óscar Bosch, se muestra algo más cauto que Vidal. Bosch señala que los planes de seguridad todavía no son perfectos, y que están trabajando en su mejora. Sin embargo, Bosch no cree que la crisis japonesa añada dudas sobre la instalación del ATC (Almacén Temporal Centralizado) en el pueblo vecino.
Fuera de Cataluña, las candidaturas de Villar de Cañas (Cuenca) y Zarra (Valencia) también insisten en la seguridad de los almacenes. El alcalde popular de Villar de Cañas, José María Saiz, señala incluso que el pueblo "está animado". Matiza Saiz que hasta después de las elecciones, en Villar de Cañas no se sabrá nada.
Caso aparte es el de Zarra, en el que la Plataforma contra el ATC del Valle de Ayora (Valencia), alertó al Ministerio de Industria de que "el sureste peninsular es la zona de mayor riesgo de seísmo".