Anuario de Libertad Digital

Talante es la palabra de la que más ha abusado José Luis Rodríguez Zapatero. El suyo es, dijo en una ocasión, "un Gobierno que escucha al ciudadano". El ciudadano, sin embargo, ha salido a la calle en contra de las líneas maestras de su política y para él Zapatero no ha mostrado más que desprecio. ¿Qué explicación puede tener esa actitud?

La democracia española se construyó en una transición democrática "de la ley a la ley" cuyo objetivo fue no mirar atrás, una mirada que llevaba a la peor experiencia de nuestra reciente historia: la Guerra Civil. Por eso había que mirar hacia delante, construyendo una democracia que aceptara a todos, sobre la base de unas instituciones comunes. José Luis Rodríguez Zapatero ha marcado en 2005 una estrategia opuesta. Ha recuperado la vieja aspiración socialista de la "ruptura", que fracasó tras la muerte del dictador, en varios ámbitos. En el terreno cultural ha impulsado lo que se ha llamado la "memoria histórica", una visión parcial y revanchista de la reciente historia española; un intento de revivir los sentimientos que se habían olvidado o aparcado, y cuyo ejemplo más claro fue el homenaje a Santiago Carrillo, con el colofón de arrancar una estatua del General Franco.

Otro ámbito en el que el Gobierno parece decidido a romper cualquier consenso básico de la política española se refiere no ya al ámbito de las competencias autonómicas, sino a la misma idea de España. El nuevo Estatuto catalán, tal como salió del parlamento catalán, utiliza la palabra "nación" para Cataluña, término que nuestra Constitución reconoce solo para el conjunto de España. El texto prevé unas competencias que suponen la práctica separación del resto de España, y en general está escrito con una clara inspiración soberanista.

La política antiterrorista ha contado en los últimos años con el consenso de los dos principales partidos españoles, un consenso que tuvo su expresión más noble en el Pacto por las libertades y contra el terrorismo. Pero el Gobierno ha tomado la decisión unilateral de abandonarlo, para emprender una negociación con la banda terrorista ETA de resultados inciertos, aún a costa de intentar acallar y desacreditar a las víctimas. Por lo que se refiere a la política exterior, el consenso estaba ya roto cuando Rodríguez Zapatero llegó al poder. Pero estaba enfocada hacia la coalición internacional que derrocó al sangriento dictador Sadam Huseín en el poder, mientras que la política de Zapatero fuera de nuestras fronteras tiene como punto de mira regímenes como el de Venezuela o Cuba, como se demostró en la XV cumbre iberoamericana, que gracias a nuestro Gobierno fue todo un éxito diplomático para el dictador Fidel Castro.

Este año también ha estado marcado por el ministro Montilla. Ha beneficiado en la medida de sus posibilidades la OPA que La Caixa, vía Gas Natural, ha lanzado sobre Endesa. Un movimiento que es la plasmación práctica de uno de los puntos del pacto del Tinell, el que sostiene al Gobierno de la Generalidad, y que es también la respuesta de Montilla a la extremada generosidad de La Caixa con el PSC, del que Montilla fue secretario general. Una generosidad que se puede cifrar en los más de mil millones de pesetas que la entidad financiera condonó al PSC.

La cadena COPE, que ha denunciado esta componenda de Montilla, ha mantenido una postura crítica respecto de la propuesta de nuevo Estatuto para Cataluña y ha sido prácticamente la única que ha seguido informando sobre el hundimiento del barrio del Carmelo en Barcelona ha sido suficiente para que el tripartito, con el apoyo entusiasta de Montilla y el Gobierno, iniciara una campaña contra la cadena privada de radio, que se desea concluir con el cierre de sus emisoras en Cataluña.

Este año ha vuelto a estar marcado por el terrorismo islámico, que ha actuado brutalmente en Jordania y Londres. Por lo demás, ha sido testigo de la corriente habitual de sucesos y noticias, como la vuelta de la gripe aviar o una nueva concesión a Jesús Polanco: Canal+ en abierto. Fernando Alonso ha sido la figura del deporte español que más ha brillado, llegando a lo más alto en una disciplina en la que nuestro país solo había hecho un papel modesto, en la Fórmula Uno.

Y no podemos terminar este repaso al año sin mencionar que este ha sido un año extraordinario para Libertad Digital. Hemos doblado el número de usuarios únicos hasta noviembre, a la espera de los datos que nos reporte el último mes del año. Y hemos iniciado un proyecto nuevo en la Televisión Digital Terrestre Local, que emprendemos con la misma ilusión y humildad que nos ha llevado hasta aquí.