Señor Rajoy: cumpla con su obligación antes de que sea demasiado tarde y evítese el infame baldón de ser uno de los peores gobernantes de la historia de España.
A corto plazo, no se puede dialogar nada. Lo único que cabe hacer, aunque el Gobierno se niegue por temor a que pueda costarle el poder, es restablecer la legalidad.
Lo peor de todo lo que ocurrió el domingo fue el escándalo por la actuación de policías y guardias civiles en su intento, lamentablemente vano, de que se cumpliese la ley.
La mayoría de los independentistas reconoce que Pujol puso la primera piedra y construyó todas las estructura de Estado que requerían los nacionalistas para dar un golpe de Estado con posibilidades de éxito.