(Libertad Digital) Tal y como publica El Mundo, la carta que el presunto asesino de Marta del Castillo, Miguel Carcaño, dejó a las autoridades antes de intentar suicidarse para, según sus psicólogos, "llamar la atención", llevaba escritas con letra infantil en el sobre las palabras "Última voluntad" para Paloma Pérez Sendino, su abogada.
En la misma, Miguel relata su versión de lo que ocurrió en su casa la noche del 24 de enero, cuando murió Marta. Miguel mantiene la que es, hasta ahora, su última versión de lo sucedido: que él y el menor apodado "el Cuco" golpearon, amenazaron, violaron y mataron a Marta del Castillo, y que luego se deshicieron del cadáver arrojándolo a un contenedor, según la edición digital del diario.
Marta se resistió a sus pretensiones sexuales y, en respuesta, él y el menor le propinaron varios puñetazos antes de forzarla. Vuelve a señalar a "El Cuco" como el autor material de la muerte de la chica, a la que estranguló con un cable, según El Mundo. En la misiva, Miguel reitera que ni su hermano, Francisco Javier Delgado, ni su amigo Samuel Benítez participasen en los hechos.
La carta estaba situada entre los objetos personales de Carcaño en su celda del módulo de la cárcel de Morón, y fue encontrada por los funcionarios tras registrarla el pasado jueves, tras su intento de suicidio. El magistrado que instruye el caso, Francisco de Asís Molina (que decretó su ingreso preventivo en prisión) tiene ahora en su poder la carta escrita por Miguel y dirigida a su letrada, según El Mundo.
La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Sevilla abrieron sendas investigaciones para aclarar este intento de suicidio, aunque las fuentes consultadas insistieron en que el protocolo de prevención al que está sometido Miguel funcionó ya que, de hecho, se frustró ese intento de quitarse la vida, según El Mundo.
Los psicólogos que examinaron a Carcaño tras el suceso no están seguros, añadieron las fuentes, de que Miguel quisiese realmente quitarse la vida y apuntan la posibilidad de que se tratase de un intento de "llamar la atención". En cualquier caso, los expertos no descartan que el joven, de 19 años, tenga intención de auto lesionarse y de que lo vuelva a intentar en un futuro, por lo que la dirección de la penitenciaría de Morón acordó el viernes redoblar la vigilancia sobre Miguel, según publica El Mundo.