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Cataluña recibirá más dinero del que aporta gracias al nuevo sudoku

Lo único claro de la nueva financiación autonómica es que sigue siendo un sudoku de compleja resolución. Sin embargo, aplicando el nuevo sistema a la financiación real de 2007, Madrid y Baleares serían los únicos contribuyentes netos al sistema de reparto regional.

Ausencia de cifras, opacidad en el reparto, bilateralidad en la negociación y extrema complejidad en los cálculos son tan sólo algunos de los calificativos que ha recibido el nuevo sistema de financiación autonómico por parte de la mayoría de regiones gobernadas por el PP. De ahí, seguramente, su abstención “crítica” para aprobar el modelo de reparto propuesto esta misma semana por la ministra de Economía, Elena Salgado.

La mayoría de regiones se quejan de que desconocen las cantidades concretas de dinero que percibirán a través del nuevo sistema. Hasta el momento, lo único claro es que Cataluña (3.855 millones) y Andalucía (1.795 millones) acapararán casi la mitad de los 11.000 millones de euros adicionales que pondrá el Gobierno encima de la mesa hasta 2012 para compensar el crecimiento demográfico de los últimos años. Mientras, el Partido Socialista de Madrid (PSM) estima que la Comunidad percibirá unos 1.700 millones de euros más con respecto al anterior sistema.

Sin embargo, más allá de cifras absolutas, la clave reside en el reparto relativo -esto es, financiación per cápita del nuevo modelo-. Es decir, la diferencia que existe entre los recursos aportados al erario público por los contribuyentes de cada región en comparación con las prestaciones recibidas de la Administración Pública Central a través del sistema de financiación. Se trata del mejor método para conocer cuál es la comunidad autónoma que más aporta al conjunto del Estado y, por lo tanto, a la solidaridad interterritorial. Es lo que, comúnmente, se conoce por balanzas fiscales.

¿Quién sale beneficiado con el nuevo modelo?

El sudoku que acaba de presentar el Gobierno hace imposible, por el momento, el cálculo exacto de la financiación per cápita que pretende instaurar el Gobierno. Además, las partidas que recibirán las autonomías dependerán, en última instancia, de la evolución de la recaudación fiscal, que en 2009 está cayendo a un ritmo próximo al 25% interanual.

Sin embargo, tomando como referencia la financiación real aplicada en 2007 sí es posible realizar una estimación de lo que habría pasado de haberse aplicado entonces el nuevo modelo.

La diferencia más destacable, tal y como recoge Random Spaniard, es que Cataluña dejaría de ser un contribuyente neto al sistema de solidaridad interterritorial, ya que recibiría del Estado más financiación (dinero) per cápita del que aporta. De hecho, en base a las cuentas públicas de 2007, Cataluña pasaría a percibir lo mismo por habitante que el promedio del resto de autonomías (unos 3.500 euros per cápita).

Por el contrario, Baleares y Madrid serían las únicas autonomías que aportan más de 3.000 euros per cápita al nuevo modelo y las únicas que perciben menos de 3.000 euros por habitante. Es decir, los contribuyentes de ambas regiones serían los únicos en dar más dinero al Estado del que reciben, convirtiéndose así en aportadores netos al sistema de financiación con sus impuestos.

La diferencia es sustancial. Hasta ahora, con el modelo vigente, Cataluña era un contribuyente neto al sistema de financiación. En concreto, la segunda región que más dinero aportaba per cápita por detrás de Madrid. Así, según el estudio Las balanzas fiscales de las comunidades autónomas con la Administración Pública Central 1991-2005, de la Fundación BBVA, Madrid es la comunidad autónoma que más aporta al conjunto del Estado, con una media de 12.304 millones de euros durante el periodo comprendido entre 1991 y 2005, duplicando la contribución de Cataluña (6.934 millones), seguido por Baleares, con un saldo negativo de 770millones de euros, y la Comunidad Valenciana, cuyo déficit fiscal alcanza los 228 millones durante el citado período.

Cada madrileño recibió de la Administración Central una media de 2.300 euros menos de los que aportó en esa etapa. El saldo negativo de Cataluña alcanza los 1.094 euros per cápita, seguido muy de cerca por Baleares, con 995 euros por habitante. Con el nuevo modelo, el ranking de CCAA más solidarias cambiaría a favor de Cataluña.

Pese a todo, el sistema aumenta la financiación de todas las autonomías, y las diferencias de financiación entre unas y otras se estrechan, tal y como ha insistido en destacar el propio Gobierno. No obstante, el nuevo modelo aporta más dinero a repartir. Así, con el nivel de recaudación de 2007, la financiación autonómica con el nuevo sistema pasaría de repartir 114.580 millones de euros a más de 148.000 millones, según estos mismos cálculos.

Dicho sistema pretende valorar el dinero que necesitan las CCAA para cubrir la financiación de sus competencias (como sanidad y educación, entre otras) y los recursos tributarios con los que cuentan para ello. La financiación autonómica afecta a todas las regiones, salvo País Vasco y Navarra (forales), así como Ceuta y Melilla, que cuentan con un tratamiento especial.

Para financiar el nuevo modelo, el Gobierno ha optado por ceder más autonomía fiscal a las CCAA: la cesión del IRPF pasa del 33% actual al 50%, el IVA del 35% al 50%, y los Impuestos Especiales (sobre alcohol, gasolina y tabaco) del 40% al 58%. A ello, se suman los impuestos que gestionan exclusivamente las regiones, como los tributos sobre el juego o las transacciones inmobiliarias, entre otros.

El reparto se establece mediante cuatro fondos:

Fondo de Garantía: para financiar la sanidad, la educación y los servicios sociales. El 75% de esta cuantía procederá de la recaudación de impuestos cedidos a las CCAA, mientras que el Gobierno aportará el 5%. Se actualizará anualmente para amoldarse a las variaciones demográficas de cada región.

Fondo de Suficiencia: para que cada autonomía invierta en lo que estime conveniente. En este caso, el dinero procede del 25% de lo que recaude cada región vía impuestos.

Fondos de Competitividad y de Cooperación: dos nuevas partidas a repartir, pese a que los criterios de distribución aún no se han establecido. Están dotados con unos 1.200 millones de euros cada uno y servirán para tratar de nivelar las diferencias de financiación entre las regiones más pobres y las más ricas.

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