El vídeo, dirigido por Azucena Rodríguez, está protagonizado por quince actores, escritores y cantantes que, en un fondo negro, hablan en primera persona contando la historia de quince víctimas de la Guerra Civil de sólo un bando: el republicano. El primer artista en aparecer es Pedro Almodóvar, muy activo en la causa del juez estrella. El último es Javier Bardem. Entre ellos, desfilan actores como Carmen Machi, Juan Diego Botto, Pilar Bardem, Maribel Verdú, María Galiana y Juan Diego, cantantes como Miguel Ríos y escritores como Juan José Millás y Almudena Grandes.
Cada uno de ellos cuenta la historia, en pocas líneas, de distintas víctimas del conflicto y terminan de la misma forma: "No tuve ni juicio, ni abogado ni sentencia. Mi familia sigue buscándome. ¿Hasta cuándo?". No hay alusiones directas al juez Garzón, imputado por saltarse la ley en su causa contra el franquismo, pero resulta obvio que uno de los objetivos del vídeo es apoyar, de nuevo, al juez después de los múltiples actos que abanderó el mismo colectivo que firma el vídeo, la recién creada Plataforma contra la impunidad.
El documento concluye con la frase "Contra la impunidad. Por la dignidad de las víctimas del franquismo" y ha sido presentado este lunes en Madrid. En la presentación, el actor Juan Diego dijo que este acto ha sido uno de los más "emotivos" de su carrera, que se ha llenado de "silencios, sollozos y humanidad". "Es como si se te muriera esa España republicana que ha alumbrado esta democracia", indicó el actor.
Por su parte, Emilio Silva, presidente de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica, subrayó que este vídeo "tiene que avergonzar a mucha gente" y advirtió que la clase política y los dos principales partidos tienen que "preocuparse" de lo que ha ocurrido con el poder judicial", en clara alusión a Garzón, de quien dijo que ha sufrido una “persecución” que puede "derivar en un conflicto entre el poder judicial y la sociedad española". "Hemos vivido un fenómeno surrealista que dentro de unos meses se convertirá en un juicio", indicó.
Pedro Almodóvar, quien no participó en esta presentación por estar buscando localizaciones para su nueva película, envió un comunicado para expresar su "emoción" por poner el rostro y la voz a Virgilio Leret Ruiz, aviador y jefe de la Fuerzas Aéreas de la Zona Oriental de Marruecos y el primer militar sublevado al amanecer del 18 de julio de 1936.
"Ha sido una experiencia muy emocionante poder darle voz humildemente al primer militar asesinado por sus compañeros por no apoyar la sublevación franquista. Yo no tengo ningún desaparecido entre mis familiares pero me siento muy cerca de esas 100.000 familias que siguen buscando sus deudos para enterrarlos dignamente. No es una cuestión política, sino simplemente una cuestión humana", concluye Almodóvar.
En esta misma línea, la actriz Aitana Sánchez-Gijón insistió en que esta campaña es una "cuestión más allá de lo político" y advirtió que es necesaria la reparación "porque sin reparación no hay justicia histórica" y la democracia "no está completa", alegó.
En representación de las víctimas, Hilda Farfante, hija de Balbina Gayo, que en el vídeo da vida la actriz María Galiana, agradeció a todos los artistas su trabajo y su "empuje" (incluso en muchos casos físico, precisó) y aseguró que este iniciativa es un "grito" contra "un largo y vergonzoso silencio". "Nadie ha hecho nada semejante con nuestros muertos", resaltó.
Por su parte, la escritora Almudena Grandes, encargada de realizar la selección de las quince víctimas incluidas en este vídeo "escogiendo casos representativos por su tipología o que han ocurrido en distintas épocas de la dictadura", subrayó que la democracia española no puede seguir "ignorando esta tragedia" y "caminando sobre el vacío".
Asimismo, el escritor Juan José Millás, quien pone la voz a Antonio Parra, un jornalero sevillano, "detenido por leer libros", subrayó cómo su mujer, embarazada, y antes de que mataran a su marido, enterró todos los libros en el patio de su casa. "Esta imagen es tan fuerte que no puedo añadir más", declaró Millás para quien, enterrar libros es como "enterrar pájaros vivos".