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Trinidad Jiménez "lamenta" pero no condena la muerte del niño saharaui

Entre su estreno como ministra de Asuntos Exteriores y su viaje a Argentina para asistir al funeral de Néstor Kirchner, Trinidad Jiménez ha tenido tiempo de conceder una entrevista a El País para responder, "segura y sin papeles", a cuestiones como Cuba o el conflicto del Sáhara.

Sobre si su nombramiento como ministra ha sido una recompensa a su lealtad, Trinidad contesta que Zapatero le dijo que "si no estuviera completamente seguro de que vas a hacer un gran trabajo, nunca te nombraría", aclarando que, de todas formas, ser leal no es, en su opinión, "un demérito en política".

Resulta cuando menos curioso leer que, durante las primarias, no se hizo ningún planteamiento sobre qué pasaría en caso de perderlas: "Cuando me presenté a las primarias lo hice para ganar. No me hice ningún otro planteamiento, porque tenía que concentrar todo mi esfuerzo en ese objetivo", afirma rotunda. Quizás habría que recordarle a la ministra que durante su enfrentamiento con Tomás Gómez la entonces titular de Sanidad recibió numerosas críticas por compaginar su candidatura a la PSM con el puesto al frente del Ministerio. A esas críticas Trinidad Jiménez respondió que ella es "una mujer trabajadora y muy responsable" y que su agenda "en el Ministerio es pública y nadie puede decir que la he descuidado".

Preguntada sobre la Posición Común de la UE sobre Cuba, tema que centró su estreno como ministra de Exteriores en Luxemburgo, donde se tomó la decisión de otorgar un mandato a Catherine Ashton, Alta Representante, para iniciar conversaciones con el Gobierno cubano. Jiménez opina que ese mandato es un indicativo de que la Posición Común ya no cuenta. "Desde el momento en que Ashton empiece a negociar, la Posición Común queda en suspenso, congelada", concluye.

Otro tema candente que se aborda es el de la extradición del etarra Cubillas por parte de Venezuela. En línea con su antecesor, Trinidad se abstiene de criticar al Gobierno de Chávez y considera que "lo más eficaz es mantener una actitud de diálogo permanente, desde el respeto".

Pero es quizás en el conflicto del Sáhara donde las declaraciones de la ministra resultan más escandalosas. Preguntada por El País sobre la muerte de un niño saharaui por disparos de la Gendarmería marroquí, Jiménez responde: "Hablé con mi homólogo marroquí [Taieb Fassi-Fihri] porque me llamó para felicitarme. Me explicó en qué circunstancias se produjo la muerte de este joven y me dijo que el máximo interés de Marruecos era mantener un diálogo con quienes están en el campamento para evitar un estallido de violencia".

Al no quedar satisfecho con la respuesta, el periodista del diario del grupo Prisa insiste y le pregunta si condena lo sucedido, pero la ministra elude pronunciarse y se queda en un suave "claro que lamentamos" lo sucedido, para añadir: "hasta que concluya [la investigación por parte de Marruecos], una mínima prudencia debe imperar a la hora de manifestarme, sobre todo cuando me dio [Taieb Fassi-Fihri] todo tipo de explicaciones sin que yo se las pidiera".

Otros asuntos que trata la recién estrenada ministra de Exteriores fueron la crisis de Melilla durante el pasado verano – "para mí está claro que fue un incidente fronterizo", señala- y la cumbre de la Unión por el Mediterráneo, prevista para el 21 de noviembre en Barcelona, sobre la que se muestra optimista.

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