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Los vencedores y los vencidos de las legislativas de EEUU

La revolución republicana en el Capitolio estadounidense ha dejado algunos 'cadáveres' políticos por el camino. Apuestas que no llegaron a fructificar, líderes inesperados y derrotados históricos. ¿Quiénes ponen cara al triunfo y al fracaso?

Tertulia de Federico: Obama pierde las elecciones

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La revolución republicana en el Capitolio estadounidense ha dejado algunos 'cadáveres' políticos por el camino. Apuestas que no llegaron a fructificar, líderes inesperados y derrotados históricos. ¿Quiénes ponen cara al triunfo y al fracaso?

Un puñado de votos. En muchos casos, eso es lo que ha definido el destino de muchos candidatos al Senado y a la Cámara de Representantes, que ahora se entregan a la celebración o la reflexión por la derrota a lo largo y ancho de Estados Unidos.

John Boehner, el tercer hombre fuerte de EEUU

Boehner se acostó como una promesa y se ha levantado como el tercer hombre fuerte de EEUU. Y lo sabe. Será el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, gracias a una incesante campaña que comenzó el pasado abril. El veterano legislador republicano, al que persigue su fama de estratega, estalló en un mar de lágrimas en su discurso de victoria ante centenares de simpatizantes: "Toda mi vida he estado persiguiendo el sueño americano".

Ese anhelo comenzó hace casi 62 años en el diminuto apartamento donde creció junto a 12 hermanos, en Reading (Ohio). Su trabajo de conserje le permitió ser el primero de la familia en acudir a la universidad. En los ochenta se embarcó en política, siempre en las filas republicanas, y su carrera se desarrolló al abrigo de Newt Gingrich, presidente de la cámara en el anterior vuelco republicano, en 1994. Su talante diplomático y calmado le ha forjado una sólida fama de 'negociador', que también despierta recelos en algunos sectores del Tea Party ;especialmente en la derrotada Michelle Backmann.

Escéptico con el cambio climático –logró tumbar una votación el pasado junio- sus caballos de batalla están circunscritos en la oposición a los planes de Obama: promete echar atrás la reforma del sistema de salud, y hacer dar marcha atrás el plan del estímulo económico del presidente.

Nancy Pelosi, adiós a la natural sucesora

Pelosi se va, aunque solo a medias. Atrás quedó el mérito de haber sido la primera presidenta de la Cámara de Representantes tras la pérdida de mayoría de los demócratas. Ha renovado su escaño por California, pero su futuro político es una incógnita.

La lógica indica que el carácter ambicioso de Pelosi no soportará acudir al Congreso que preside desde 2003 como demócrata rasa. Aunque aún no ha habido anuncio oficial de su próximo destino, la multimillonaria ha tenido tiempo de cavilar largo tiempo, ya que su derrota se venía mascando hacía meses. El varapalo no se confirma hoy, sino el mes pasado: su popularidad se situó entonces en torno al 29%, el nivel más bajo desde que asumió el cargo. Demasiadas veces centro de la polémica, su afición al bisturí y su obsesiva defensa de la clase media fueron erosionando la imagen de uno de los apoyos naturales de Obama, hasta su caída oficial, cuatro noviembres después.

Michelle Bachmann, en el trono del Tea Party

Excesiva, lenguaraz e incendiaria. Así es Michelle Bachmann, una de las autodenominadas 'mamás oso', junto a Sarah Palin. El empuje del Tea Party le ha valido para derrotar al demócrata Tarryl Clarky y revalidar sin problemas su cargo en Minesota, el mismo empuje que le sirvió para recaudar más presupuesto que ningún otro candidato republicano durante la precampaña.

En sus dos etapas para el Senado ha dejado patente que su religiosidad no es una pose, sino su forma de concebir la política, de la que se siente profundamente orgullosa. Es además, de las mujeres del Tea Party, a la única que han sonreído las urnas.

Rand Paul, la estrella del Té

La trayectoria política y personal de este cirujano de 47 años se ha forjado bajo la impronta de una máxima: ser una estrella. Y así ha sido. De pequeño le arrebataba el protagonismo a su padre en sus discursos –el congresista por Texas Ron Paul- y de mayor, ha logrado un asiento en el Senado norteamericano en apenas dos años de trayectoria política, ligada desde el principio Tea Party.

Y es que Paul ha sabido centrar su frente de batalla por el flanco más débil de los demócratas: la economía. Sus discursos sobre la necesidad de un Estado menos intervencionista que establezca los mínimos impuestos han encandilado a unos votantes que le han otorgado el puesto como senador por Kentucky y convertido a su vez en el milagro del Tea Party.

Mark Kirk, quien 'profana' el escaño de Obama

Pequeña derrota, pero muy significativa: el asiento que Barack Obama dejó libre en el Senado allá por 2008 no tendrá un dueño demócrata. A partir de enero, se sentará un republicano. Concretamente Mark Kirk.

Además de ese valor simbólico, a esta ajustada victoria se le confiere otro significado: será la primera vez que los demócratas pierdan una carrera por el Senado en Illinois en cuatro décadas. Kirk, de 51 años, rompe con esta tendencia, instalado en un discurso moderado y conciliador en lo social, y que vira hacia el conservadurismo en lo referente a las cuestiones fiscales.

Giannoulias, la apuesta fallida de Obama

De poco le sirvió a Giannoulias, Tesorero del Estado de Illinois, tener a Obama como casi su director de campaña en la sombra. El empuje del republicano Kirk ha dejado a la apuesta del presidente sin un asiento en el Senado, el mismo que abandonó Obama en 2008.

Aunque arrancó con cierta ventaja, este demócrata de 34 años ha comparecido apesadumbrado ante sus fieles, que le han consolado por la derrota.

 

Christine O'Donnell, la osa perdedora

Esta vez, la controversia ha ido acompañada de la derrota. La versión más joven de Sarah Palin se ha quedado sin su asiento en el Senado por Delaware. Y es que, aunque el mensaje del Tea Party ha calado en importantes sectores de la sociedad norteamericana, el mensaje de O'Donnell
ha resultado quizás demasiado estridente.

Sus declaraciones comparando la masturbación con el adulterio, o el debate con su rival en el que puso en duda la separación entre Iglesia y Estado, le han hecho imposible terminar de despuntar. Coon, hasta ahora tesorero de uno de los condados de Delaware, ha derrotado a la protegida de Palin, por 16 puntos de diferencia. Aún así, optimismo: "El partido nunca volverá a ser lo que fue, y eso es algo bueno" proclamaba O' Donnell, en referencia al impulso del Tea.

Marco Rubio, esperanza cubana

A estas alturas, este cubano-americano ya goza de una diversa colección de motes y coletillas: 'el Obama republicano', 'niño bonito del Tea Party', 'el triunfo cubano'... y es que lo suyo ha sido una victoria sin paliativos: no sólo ganó su escaño por Florida, sino que Rubio se ha metido en el bolsillo a muchos sectores de la sociedad.

Su contundente discurso, su imagen de político joven y la reivindicación de sus orígenes cubanos le ha granjeado una buena parte sus apoyos, que ayer agradecía: "Vaya a donde vaya, tenga el título que tenga, siempre seré descendiente de exiliados cubanos", decía. Marco Rubio es ya, después del confeti y los discursos, el futuro de los republicanos en 2012, a los que piensa mantener firmes: exigirá "al Partido Republicano que regrese a sus principios, a los que abrazaba hace no tanto tiempo".

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