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José María Barreda, el gran derrochador autonómico

Castilla-La Mancha acumuló un déficit del 4,69% hasta septiembre, cuatro veces más que la media. Desde 2007 es la región en la que más crece la deuda. También sube el paro y el número de funcionarios. Lo que no sube es la riqueza: es la segunda autonomía más pobre de España.

La ministra de Economía, Elena Salgado, presentó el lunes los datos homogéneos de la ejecución presupuestaria de las comunidades autónomas hasta el tercer trimestre del año. Es la primera vez que se muestran estos datos, según el acuerdo alcanzado por unanimidad el pasado 24 de noviembre en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.

Esta decisión se tomó para la mejora en la "transparencia de la información económica y financiera" de las Administraciones Públicas. De esta manera, el conocimiento de hasta dónde llegan los números rojos de cada comunidad debería servir para controlar a los presidentes regionales más derrochadores. Esta clasificación ya tiene líder: el socialista José María Barreda ha logrado que Castilla-La Mancha cuadruplique la media de déficit de las autonomías españolas.

De esta manera, a finales de septiembre, las regiones acumulaban un déficit público equivalente al 1,24% del PIB. Es un dato alto, pero que serviría para cumplir el objetivo del 2,4% fijado para todo el ejercicio 2010. Sin embargo, no todas estaban en la misma situación. Navarra (0,29% de déficit), Canarias (0,44%) y Madrid (0,53%) son las comunidades más austeras. En el otro lado de la balanza, Baleares (1,87%) y Murcia (3,12%) superan la media.

Pero por encima de todas ellas destaca Castilla-La Mancha, que acumulaba un déficit del ¡4,69%!, el doble de lo permitido para todo el año y casi cuatro veces más que la tasa media del resto de las regiones. Además, el derroche del Gobierno manchego no se queda aquí. Desde 2007, su deuda pública ha pasado de 1.559 a 5.327 millones de euros, un crecimiento del 242% en apenas tres años. Por eso, el porcentaje de esta deuda respecto al PIB ha pasado de ser de un 5,2% (por debajo de la media de las CCAA) a representar el 15,1% (posiblemente superará a Valencia como la región más endeudada antes de final de año).

Estas cifras no hacen sino corroborar lo que dicen muchos otros indicadores sobre la contención en las cuentas públicas. Así, en 2009, el Ejecutivo de José María Barreda fue el que más déficit tuvo, con un 4,86% del PIB regional (frente al 0,43% de la Comunidad de Madrid). Además, las empresas públicas manchegas son las segundas con mayor deuda, con un 2,9%, sólo por detrás de las catalanas.

Evidentemente, este despilfarro público tenía que tener sus consecuencias sobre la economía real de la región. Castilla-La Mancha disfrutaba en 1995 de un PIB per cápita del 82% de la media española (un nivel bajo, que le servía para ser la cuarta región más pobre). En el año 2000, había bajado al 78% del PIB y en 2008 al 76,3%. En ese momento, sólo Extremadura estaba por debajo de Castilla-La Mancha. No sólo es extraño que haya perdido posiciones, sino que es aún más raro que una región pobre no logre siquiera ganar terreno con respecto a la media. Andalucía y Extremadura siguen estando lejos del promedio nacional, pero poco a poco se acercan.

Quizás todo esto se comprenda más si tenemos en cuenta que en esta región ya hay 162.000 funcionarios, que suman más del 20% de la población activa (tercer lugar de la lista tras Andalucía y Extremadura). Además, La Mancha ocupa el cuarto puesto por la cola en el Índice de Libertad Económica que realizó el profesor Francisco Cabrillo para la UNED.

En resumen, la foto muestra una región cada vez más alejada de la media de riqueza nacional, dependiente del gasto público, con pocas facilidades para los emprendedores, con una deuda pública descontrolada y sin ninguna variación en la dirección seguida en los últimos años.

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