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Eva Miquel Subías

I am what I am

Pensaba una que tras la caída del Muro de Berlín los conceptos de derechas e izquierdas quedaban un poco demodé, dando paso éstos a conceptos más asentados en el liberalismo o la socialdemocracia.

Les contaba en este espacio a finales de año cuánto me había llamado la atención que una joven catalana, emprendedora y dedicada al diseño de sillas se confesara en una entrevista en La Vanguardia abiertamente de derechas. Compartí con ustedes mi sorpresa al verme sorprendida a mí misma sorprendiéndome por tal revelación.

Para muestra, Russian Red. Linchamiento gratuito por el simple hecho de decantarse públicamente por una opción política y ubicarse ideológicamente donde a uno o a una, en este caso, le viene en gana.

Pensaba una que tras la caída del Muro de Berlín los conceptos de derechas e izquierdas quedaban un poco demodé, dando paso éstos a conceptos más asentados en el liberalismo o la socialdemocracia. Y la democracia-cristiana, para que no se moleste alguno que conozco y que me echa en cara mi indiferencia al respecto. Pero en los últimos tiempos la izquierda –que no da puntada sin hilo– se ha empeñado en recuperar los términos siendo muy consciente de las peligrosas lecturas que en España se hacen de aquéllos por parte siempre de los mismos interesados.

Creen algunos que si destierran al concepto "derecha" actuará ésta como la kriptonita para muchos de los que creen estar al margen de ella, aunque si un día decidieran sentarse a ver qué significa realmente, se quedarían perplejos de la cantidad de puntos que tienen en común. La pereza tiene la culpa. Pero ese es un tema que abordaremos otro día.

Cayo Lara, sin embargo, lo ha dicho bien clarito. "Nuestro eje programático es impedir que gobierne el PP". Por un lado se agradece semejante derroche de sinceridad, pero por otro pone claramente en duda el papel que han venido a desempeñar a este mundo los ex comunistas reciclados.

El líder de Izquierda Unida ha pedido coherencia a los diputados extremeños que han osado anunciar su abstención para que el Gobierno de la Junta de Extremadura caiga en manos de la formación política que ha ganado las elecciones. Dice Cayo Lara que se pedía el voto para hacer una "política más de izquierda, con más giro social" y en definitiva, en contra del Partido Popular.

Pero no contaba la dirección de IU con que sus colegas extremeños no tuvieran claro que ese "giro social" pasara precisamente por dar el Gobierno a los socialistas. Por la sencilla razón de que Cáritas ha atendido sólo en la provincia de Cáceres a 9.000 personas en 2010. Por el hecho de que Extremadura ha llegado al escalofriante dato de 24% de desempleo. Porque de los 100 pueblos que registran unas tasas de paro más elevadas, 20 son extremeños. Y porque el pesebrismo y el espíritu caciquil que planea en no pocos municipios e instituciones ha llegado a límites del todo asfixiantes y claustrofóbicos.

Por esos pequeños detalles y por algunos más que no caben en la columna de hoy los diputados de IU se plantean, con la conciencia bien tranquila, dejar que otra fuerza política –aunque sea de derechas– se ponga manos a la obra y se dedique a dinamizar la anquilosada sociedad extremeña. Y, francamente, no se me ocurre más "giro social" que ese. ¿Pelín demagógico? Ay, no lo sé, quizás. Pero llegados aquí me alivia sobremanera no haber tenido nunca complejos de este tipo, qué quieren que les diga.

Soy como soy, pienso lo que pienso y digo lo que digo. Y nada mejor que la canción de Gloria Gaynor para acompañarlo.

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