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Pedro de Tena

La división de la derecha española. O no

El PSOE con un pie en la calle y el otro en la casapuerta, ¿cómo pueden dividir a la derecha española para que no gobierne dos generaciones sobre España? Las víctimas del terrorismo.

Es el sueño dorado de la camarilla que monopoliza los destinos del socialismo español desde Suresnes. No descansaron hasta destrozar a la UCD, aunque sabían del riesgo que corría la democracia española de faltarle la representación política suficiente a más de media España. Tal faena les permitió gobernar durante casi 14 años. Tras el esfuerzo de Aznar y su grupo de barones en la reconstitución de la derecha –centro derecha, se dice ortodoxamente–, el PSOE estuvo a punto de lograr esta deseada división con motivo de la guerra de Irak. Aunque no lo logró su objetivo a escala de dirigentes –pese a la actitud reticente de algunos de ellos hacia la "maldita guerra"–, sí lo logró en la base electoral y, atentado inesperado de por medio, logró gobernar otros ocho años. 

Ahora, con un pie en la calle y el otro en la casapuerta, ¿cómo pueden dividir a la derecha española para que no gobierne dos generaciones sobre España? Las víctimas del terrorismo. Aunque al principio de sus acercamientos a ETA parecieron decantarse por desacreditarlas, apestarlas, arruinarlas moral y económicamente y apartarlas de la identidad política relevante que habían conseguido, no lograron que el PP se despegase de ellas. Ahora están en el siguiente intento. Se trata de que el PP ponga en la balanza víctimas y réditos políticos. Aprovechados unos meses sin control político de nadie, con un presidente sin dignidad (hubiera dimitido de tenerla) ni prestigio ni poder efectivo, se ha logrado dar forma a un acuerdo con ETA que podría pasar por una amnistía cubierta o encubierta de sus asesinos y delincuentes.

Los maquiavelos encargados de esta jugada tienen calculados muchos movimientos. Uno de ellos, naturalmente, consiste en situar a las víctimas del terrorismo en un sector de la derecha que prefiere los valores a los hipotéticos réditos electorales que proporcionaría la desaparición, más o menos, con armas o sin ellas, con perdón o sin él, de ETA. El otro sector de la derecha haría lo contrario: preferir el supuesto pase a la historia logrando el fin de ETA, aunque para ello hubiese que sacrificar el honor y los valores de las víctimas y de la justicia democrática. De darse este escenario, la derecha española se dividiría en dos pedazos, principios versus pasteleos, y el PSOE, con sus aliados nacionalistas, ETA ya incluida, podría liderar el futuro de España hasta su federalización total y destrucción posterior. O les sale, o lo que les sale es la refundación socialista sobre una base nacional española y principios éticos democráticos, que sería lo deseable.

Comprehendiendo ayer el significado ético-político del acto de las víctimas, me sobrevino esta apocalíptica visión. El PP sabrá lo que hace. Espero.

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