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Carlos Pérez Gimeno

Ivonne Reyes, ilusionada con su boda

Ivonne está atravesando un buen momento. Atrás quedaron los duros enfrentamientos con el presentador de televisión Pepe Navarro, cuando presentó la demanda de paternidad para que reconociese a su hijo Alejandro

Está más guapa que nunca y como siempre muy divertida, no para de reír. La verdad es que da gusto hablar con ella. Coincidimos en la entrega de los premios de la revista Yo Dona. Iba acompañada, como suele ser habitual, de su novio, el empresario español de comunicación Ignacio Muñoz del Toro, que desde hace casi tres años es con el hombre que comparte su vida, y ha sido la persona que más apoyo le ha dado en los delicados momentos por los que tuvo que pasar.

A la venezolana no le faltaba detalle: traje de seda negro de Rosa Clará y joyas de Chopard. Está feliz pensando que el año próximo va a dar el paso y abandonará la soltería. Ya lo tiene decidido y en breve comenzará con los preparativos, aunque la fecha no la tiene cerrada.

Ivonne está atravesando un buen momento. Atrás quedaron los duros enfrentamientos con el presentador de televisión Pepe Navarro, cuando presentó la demanda de paternidad para que reconociese a su hijo Alejandro. Como la propia Ivonne dice, lo tiene todo ganado, ha sido una dura batalla, y ahora está esperando a que se dicte sentencia en segunda instancia.

Cuando habla de su hijo, se le ilumina la cara: "Está muy bien, es un niño muy maduro, y con Ignacio se lleva de maravilla".

En el terreno profesional, comenta que no se puede quejar. En Venezuela está a punto de estrenarse una película que rodó hace un tiempo, Los pájaros se van con la muerte. "Me gustó mucho hacerla pero dudo que llegue aquí", explica. También está pendiente de cerrar un programa de televisión, proyecto que le apetece mucho, porque lleva tiempo alejada de las cámaras y mientras llega, continúa con sus presentaciones.

En agosto concretamente viajará hasta Nueva York. El motivo es que le han llamado para presentar una gala de música latina. Va a tener un verano ajetreado, pero no le importa; ella misma reconoce que no pueda estar quieta ni un segundo.

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