José Ortega Cano ya está en casa. Los médicos que le han atendido durante su estancia en el Hospital Virgen Macarena de Sevilla han decidido que, después de las últimas pruebas realizadas, podía regresar a su casa.
Esto no significa que sea un alta definitiva, el diestro tendrá que hacer rehabilitación durante muchos meses, debido a las operaciones que se le han tenido que practicar en ambas piernas, a consecuencia del accidente de tráfico que sufrió el mes de mayo pasado, y que le costó la vida a Carlos Parra.
Con aspecto débil y muy emocionado, abandonaba el centro hospitalario rodeado de su familia, mucho más delgado y en silla de ruedas, el diestro quiso hablar con la prensa y agradecer, lo primero a Dios por esta tercera oportunidad que le ha dado de seguir viviendo. Ha tenido unas palabras muy entrañables para todo el equipo médico que le ha atendido en el hospital, sin olvidarse de todo el personal del mismo.
También se ha referido a sus hermanos, con unas palabras llenas de cariño y gratitud. Cuando ha llegado el turno de sus hijos, las palabras le salían entrecortadas. "Me han demostrado tanto José Fernando como Gloria Camila que han madurado mucho".
El maestro es un hombre con unas profundas creencias religiosas y cuando ha nombrado a Carlos Parra, se ha referido a él diciendo "pido a Dios que le tenga en un lugar especial".
José es un hombre fuerte, que seguirá contando con el apoyo de su familia y de tanta gente que le quiere, porque todavía le queda un duro camino por recorrer. Físicamente va para delante, pero anímicamente está destrozado, por ese motivo, necesita ayuda de psicólogos que tienen un duro trabajo que realizar para intentar sacar a flote a un hombre que hoy está hundido.