Ha sido, sin lugar a dudas, la noticia que más ha impactado del fin de semana. La cantante lo tuvo todo. Lo primero, poseía una voz privilegiada, considerada de las mejores del mundo, y a consecuencia de eso, logró amasar una gran fortuna. Encima, tenía belleza. Y lo tiró todo por la borda por meterse en el mundo de la droga, hasta que le ha pasado factura, apareciendo su cuerpo prácticamente sin vida en la bañera en un hotel de Los Ángeles, donde llevaba varios días preparándose para actuar en la entrega de los premios Grammy de la música.
La encontró un miembro de su equipo, que llamó enseguida al servicio de emergencia, cuyos responsables no pudieron hacer nada para reanimarla. Por su parte, la Policía ha descartado desde un primer momento que haya sido víctima de un acto delictivo, ya que no hay signos de violencia en su cuerpo, aunque la investigación no ha concluido.
Miembros del personal del hotel donde se alojaba afirman que la cantante, el día anterior a su fallecimiento, no se encontraba bien, presentaba un aspecto raro, se mostró con muy mal humor y hasta llegó a ser agresiva.
La verdad es que Whitney, desde hacía tiempo, ya no era ni su sombra. Estaba cada vez más deteriorada, perdió tanto peso que su aspecto llegó a ser dantesco. Tuvo que ser internada en clínicas de desintoxicación en varias ocasiones. A pesar de eso, nunca quiso reconocer su adicción a las drogas. Muchos dicen que se refugió en ellas por los problemas que tuvo con su exmarido el también cantante Bobbie Brown, un matrimonio terrible, en el que hubo denuncias por malos tratos que ella misma llegó a retirar en varias ocasiones.
Como tantas estrellas, a pesar de trascurrir gran parte de su vida rodeada de glamour y alegrías, y parecer que en su vida todo era de color de rosa, la realidad era muy diferente, y se sentía muy sola, con grandes inseguridades, y recurrió para paliar esos miedos al consumo de sustancias que la destruyó por completo.
La cantante probó suerte en el cine y consiguió un gran éxito con aquella película protagonizada por Kevin Costner, El Guardaespaldas, donde el tema musical de aquel film tan malo batió récords de ventas. Una lástima, porque todo lo que tocaba, lo convertía en oro.
Irremediablemente el mundo de la música pierde a una de las mejores voces del pop de todos los tiempos, de una forma trágica, con tan solo 48 años.