El revuelo montado por el divorcio de Feliciano López y Alba Carrillo ha llevado al tenista, siempre reticente a hablar del tema, a pronunciarse. El cruce de declaraciones entre la modelo y su familia y el entorno de su todavía marido no cesa, por lo que Feliciano ha decidido sincerarse. Tal y como recoge ABC, el deportista reconoce que está intentando llevar el proceso de divorcio "de la manera más discreta y prudente que pueda".
El colmo para él fue cuando tuvo que leer que le acusaban de amenazar a su mujer con llamar a la Policía si se le ocurría entrar en su casa una noche en la que celebraba una fiesta mientras su suegra se recuperaba de una enfermedad. "Creo que hay que aclarar todo aquello que considero muy fuerte. No voy a entrar en polémicas porque no es mi manera de actuar, pero sí quiero que quede claro que jamás he amenazado a nadie con llamar a la Policía", asegura.
Lo que más le duele del revuelo mediático es la implicación de sus padres en esta historia, que siempre han sido muy atentos con el ya roto matrimonio. "Como todos los suegros, mis padres siempre han intentado ayudar a mi mujer". Feliciano procura mantenerse al margen, pero prefiere dejar las cosas claras: "Yo estoy concentrado en mi vida y en mi carrera, pero evidentemente si se dicen cosas falsas que son graves saldré a desmentirlas. Nada más".
Alba Carrillo decidió contar los detalles del fin de su matrimonio con una exclusiva en la revista ¡Hola!, mientras que Feliciano prefiere ser cauto. "No voy a hablar mal de mi exmujer públicamente ni haré ninguna historia rara. Prefiero quedarme con los buenos recuerdos de mi matrimonio. Evidentemente, lo que está ocurriendo no es del gusto de nadie pero confío en que todo pase. Lo único que me afecta es que mis padres sufran con todo porque no tienen culpa de nada. Eso es lo único, ya que yo estoy tranquilo y sigo con mi vida".