Mila Ximénez no suele pronunciarse públicamente sobre la guerra de Rocío Carrasco con Antonio David Flores y la familia Mohedano. Principalmente por el respeto que se tiene a la hija de Rocío Jurado en Sálvame, debido a la amistad que mantiene con los directores del programa. En cambio en esta ocasión no se ha callado y ha escrito unas duras palabras en su blog de Lecturas donde comienza diciendo que no entiende la lejanía de los hijos de Rociíto con su madre. "Para mí sería impensable arrancar de mi vida la vida de mi hija".
La colaboradora comenta lo erróneo de arrastrar a sus hijos a la primera línea de batalla: "No me gusta verlos zarandeados y expuestos, pero lo que más repulsa me produce, es el papel de los Mohedano y sus interminables procesiones, sacando a pasear la imagen de la Jurado de la mano del morbo". Ximénez no cree necesario tanto homenaje y acto en honor a la fallecida cantante, y cree que parte del motivo de tanta reunión familiar es la de "mercadear" con la memoria de la artista: "Llega mi asqueo, cuando veo que los invitados principales son los hijos de Rocío Carrasco. De nuevo. Entonces, me enfundo las pistolas de la Carrasco. La utilización de estos niños para asegurarse la foto de familia en la prensa es de una falta de estética emocional que a mí me chirría. Puedo imaginarme los gritos apagados de Rocío Carrasco, viendo a sus hijos participando en un eterno funeral, cargado de folklore y mercadeo".
La colaboradora se refiere al acto-homenaje a Rocío Jurado que tuvo lugar este fin de semana para inaugurar la nueva imagen de la estatua dedicada a la artista. Una pieza que luce en una rotonda situada en una avenida con el nombre de la más grande en Chipiona. Una obra que se inauguró en agosto de 1994 creada por el artista Juan de Ávalos, realizada en bronce y piedra sobre un pedestal de mármol.