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La necesidad de amor de Loles León

"Desde que me reconstruí la vagina mi vida sexual ha mejorado", ha dicho la siempre sincera Loles León. 

"Desde que me reconstruí la vagina mi vida sexual ha mejorado", ha dicho la siempre sincera Loles León. 
Loles León | Archivo

Siento debilidad por Loles León, no sólo por ser una estupenda, personal, espontánea actriz, sino por su carácter vitalista, su gran sentido del humor. De un tiempo a esta parte Loles no ha dejado de proporcionar titulares con sus divertidas expresiones. Fue en octubre pasado cuando nos enteramos que se había sometido a una intervención mediante rayos láser gracias a la cual se reconstruyó la vagina, previo pago de mil quinientos euros. No está uno al tanto de esas prácticas ginecológicas, probablemente porque pocos –o ninguno- entre los personajes públicos dan noticia de ello, y el asunto suele quedar entre familiares, amigas y alguna compañera en la peluquería. Pero con Loles León todo es diferente. Ha transcurrido casi medio año y ella se siente satisfecha, se cuida mucho y asegura que desde entonces "mi vida sexual ha mejorado".

A sus sesenta y siete años cumplidos en agosto, esta barcelonesa ha logrado hace tiempo salir del anonimato y, sin estudios básicos, conseguido un puesto destacado entre las actrices españoles. Su vis cómica le ha permitido sobresalir sobre todo en comedias teatrales y series de televisión. Ahora mismo aparece en La que se avecina, en el personaje de Menchu Carrascosa, que la obliga a madrugar más de la cuenta para estar puntual en el estudio de rodaje. Lo que hace también compatible con un espectáculo escénico, ¡Oh, Cuba!, en el madrileño teatro Fernán-Gómez. El libreto se centra en el viaje que hizo Federico García Lorca a La Habana en marzo de 1930. Loles León viene a ser un duende lorquiano que va explicando los avatares del poeta de Fuente Vaqueros en aquellas tierras caribeñas. Desde 2013 Loles León no se subía a un escenario.

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Loles León en 2015 | Archivo

Dura ha sido la carrera artística de esta mujer de mediana estatura, gordita, que se sacrificó en los últimos meses parta perder quince kilos, sin que no obstante su anatomía haya experimentado un cambio rotundo. Más atractiva pero sin acercarse a las sílfides. Desde luego está más atenta a lo que come y a la báscula. En la pantalla sufrió una decepción, como todos sus compañeros, tras el fracaso de La Reina de España. Pero se ha quitado la espina con el cortometraje El mundo entero, proyectado con éxito en varios festivales internacionales.

¡Quién iba a decirlo cuando María Dolores León Rodríguez soñaba con ser actriz! Tiempos en los que en la playa de la Barceloneta ayudaba a sus padres, emigrantes andaluces, en un puesto de churros. Del olor a fritanga pasó a ser dependienta en una zapatería. No contenta, se puso a servir copas en un bareto. Y entre otras ocupaciones ocasionales escribía a máquina textos que le encargaban o realizaba encuestas callejeras. Mientras tanto iba a clase en el Instituto de Teatro de Barcelona. Luego formó parte de un grupo teatral independiente, donde no cobraba un duro. Y así hasta que, poco a poco, llegó a ser una de "las chicas Almodóvar", tras una travesía de penalidades, días de comer poco, pero sin perder las ilusiones.

Conoció el amor. Y de aquellas relaciones tuvo un hijo, nacido en 1975, que ha seguido los pasos de su madre y es actor. Se llama Bertoldo Gil, nombre que eligieron sus progenitores por su admiración hacia el dramaturgo alemán Bertolt Brecht. El chico ha convertido en abuela a Loles León: un varón llamado Telmo, que vino al mundo en 2012. Dice ella que lo pasa muy bien con su nieto, al que cuando no quiere dormirse le canta "A las barricadas" y se queda frito. Natural…

Vive últimamente sola. Pero comenta que "cuando tengo necesidad de amor son los fines de semana". Una forma de complicarse menos la vida, según el programado sentimiento y pasión de esta popular y querida actriz

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