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Lo que Úrsula Corberó y Chino Darín se traen entre manos

Chino Darín ha bromeado al respecto de cómo ha pasado de ser el hijo de Ricardo Darín al novio de Úrsula Corberó.

Chino Darín ha bromeado al respecto de cómo ha pasado de ser el hijo de Ricardo Darín al novio de Úrsula Corberó.
Úrsula y Chino | Gtres

Chino Darín lleva tres años junto a Úrsula Corberó, no tienen intención, por ahora, de casarse y se muestran en público, en las escasas ocasiones que eso les exige su profesión artística, muy felices e intercambiándose sonrisas y si les place, algunas carantoñas para complacer a los reporteros. Fuera de sus ámbitos de trabajo ninguno de los dos se apresta a hablar de su amor.

Se conocieron en la primavera de 2016, cuando ambos coincidieron en el rodaje de la serie televisiva La Embajada que emitida la noche de los lunes por la cadena Antena 3 llegó a conseguir cuatro millones de "share", una audiencia muy superior a la media en esa franja que los especialistas llaman "prime time". Ello, catapultó a sus protagonistas, pero asimismo, aparte de apuntalar la carrera de Belén Rueda, sirvió para que Chino, el hijo de Ricardo Darín, se diera a conocer masivamente en los hogares españoles. Allí se enamoró, en la vida real, de su compañera de reparto, la catalana Úrsula Corberó, que ya había gozado de las mieles de la popularidad en la pequeña pantalla, cuando trabajaba en "Física y Química" . Es un año y pico menor que Chino.

Pocas han sido las declaraciones de la pareja. Quizás éstas sean las únicas que, a modo de piropos, se han entrecruzado mutuamente. Él: "Tiene un fuego interno, una chispa que puede con todo. Nos entendemos con la mirada". Y ella: "Posee una energía alucinante, es muy gracioso, noble, bueno. Encantador, un amor, tenemos mucha complicidad".

Es bonito escuchar, leer declaraciones de una pareja enamorada, cuando vivimos episodios reales de crueldad, tragedias y desgracias en novios, amantes o matrimonios que, después de jurarse amor eterno, empiezan como los protagonistas de las canciones de Pimpinela y acaban en la sección de sucesos de los telediarios. Así es que Chino y Úrsula, que ya han tenido otras vivencias sentimentales, como la de ella con el modelo Andrés Velencoso, nos dan una esperanzadora lección de cómo quererse. Han comprado un piso lujoso por el que si nuestras investigaciones son ciertas, desembolsaron cuatrocientos mil euros. Ambos vienen cobrando un buen dinero en los últimos tiempos, pero probablemente "papá Ricardo" les haya echado una mano. Y si no, han hecho muy bien en invertir en una vivienda en Madrid, aunque en el caso de Chino Darín él disponía de un apartamento en Buenos Aires, a donde viaja de vez en cuando para atender las ofertas de trabajo que le surgen: es en Argentina un galán ya razonablemente cotizado. No tanto por supuesto como su padre, el actor argentino que desde que estrenara la película El hijo de la novia está en lo más alto de la cotización como actor, tanto en su país, en otros de Sudamérica y por supuesto aquí, en España, donde nunca le faltarán contratos y es muy querido cuando rueda películas o se presenta en el teatro.

Recientemente padre e hijo han estado en Madrid para promover el estreno de su último filme, La odisea de los giles. Son protagonistas, la primera vez que trabajan juntos, y a su vez inversores en esa aventura. Hace tres años ambos se pusieron de acuerdo tras haber leído, cada uno por su lado sin que lo supieran, un mismo libro, La noche de la Usina. Entusiasmados, intercambiaron comentarios llegando a la conclusión de que debían llevar esa novela a la pantalla. Así es que se pusieron manos a la obra, fundaron Kenya Films, dejándose "hasta las pestañas" en el envite. Hoy cuesta mucho sacar adelante una película. Los dos se quieren, se admiran mutuamente.

Ricardo Mario Darín Bas cumplió treinta años (en enero tendrá uno más) y lleva ese nombre compuesto por su abuelo, gran actor, que murió nueve días antes de nacer Chino, que es como se le conoce familiar, y artísticamente, porque al nacer tenía los ojos algo oblicuos. Desde muy chico se iba al teatro a ver actuar a su progenitor, con un primo suyo llemado Martín y ambos, a veces situado entre bambalinas, embobados con la representación, casi se metían en el escenario. En una ocasión muy seria en la que Ricardo Darín representaba Otelo tuvo que mover su mano derecha mirándolos para que se echaran unos pasos hacia atrás.

Chino Darín pensaba estudiar Ingeniería Industrial pero a poco de empezar la carrera se dio cuenta que no era lo suyo, pidió consejo a su padre y se convirtió en actor. De esto han transcurrido diez años, tiempo suficiente para que a través de varias series de televisión se haya convertido en algo más que una promesa artística. Cuando sus padres, Ricardo y Florencia, veteranos actores, fueron a verle debutar en la obra teatral Los Kaplan, se convencieron de que su heredero pisaba con seguridad las tablas. Y ya lleva catorce películas en su filmografía. El joven bromea en la actualidad de este modo: "Antes, yo era el hijo de Ricardo Darín y ahora me conocen como el novio de Úrsula Corberó". Al ennoviarse con Úrsula sus planes evidentemente han cambiado y trata de pasar el mayor tiempo posible con ella, lo que no les es tan fácil, pues sobre todo él viaja muy a menudo. Úrsula está también lanzada como actriz y recientemente ha renovado contrato con la multinacional Netflix, productora de La casa de papel, donde ella interviene. Siempre lo tuvo claro esta catalana que en el pasado verano cambió algo su fisonomía al peinarse "a lo punk". Así acudió al estreno en el Festival de Cine de San Sebastián de La odisea de los Giles. Está muy unida a sus digamos suegros, Ricardo Darín y Florencia Bas, con quiens ha pasado vacaciones en Argentina. A su nuera, el popular actor la conoce cariñosamente como "La gauchita".

Úrsula Corbéró procede de una familia modesta. Su madre, Esther Delgado, tuvo a su primogénita de soltera, luego nació ella, y se desvivió por sacar a su prole adelante trabajando de pescadera, florista, modista, vendiendo colchones... Nunca le privó a Úrsula de lo que más quería ésta siendo adolescente: ser actriz. Iban desde la localidad en que vivían, a medio centenar de kilómetros de Barcelona, en tren, para someterse a sesiones de "castings", soñando con que pudiera ser elegida para algunos anuncios. Ahora que Úrsula Corberó ya ha tocado el cielo con su actividad cinematográfica y televisiva ha encontrado en Chino Darín la media naranja que buscaba, y al revés. Les une su misma profesión y el cine, "la primera vez, - contaba ella – que me he enamorado de verdad de un hombre en un rodaje".

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