Giro inesperado en el juicio de Elena Tablada y Javier Ungría por la custodia de su hija, Camila. El proceso, que culmina de momento una separación tempestuosa y nada amistosa, iba a comenzar este miércoles a las 9 horas pero, según Semana, "no hay juez" y por ello ha sido suspendido.
Ni Elena Tablada ni Javier Ungría esperaban este giro de los acontecimientos, pero tal y como asegura la revista siguen yendo "a muerte" cada uno con sus planes.
Lo que sí es seguro es que el asunto, doloroso para ambos pero sobre todo para Elena Tablada, ha sido un duro golpe en la medida que la expareja solo quiere acabar con este capítulo tan doloroso.
Y es que la tensión entre ambos está siendo palpable durante toda la preparación Elena está decepcionada por la presunta "doble vida" que derivó en la ruptura de lo que parecía una pareja bien avenida.
Ungría, expone Semana, exige una mensualidad de 500 euros a Elena Tablada, algo que el entorno de la ex de Bisbal asegura que destruiría toda su estabilidad y la manutención de sus dos hijas (tiene una de su relación con el cantante almeriense).
Lo peor es el dolor acumulado en la ruptura y el proceso posterior. "Ella no quiere entrar en detalles pero ha sido un final muy desagradable. Ahora le está llegando toda la información que te llega cuando te separas. Y a pesar de todas esas cosas, que ya son muchas, ella asegura que ni la afectan. Solo quiere acabar con este capítulo y pasar página", resumió la periodista Beatriz Cortázar en esRadio señalando también que Elena ha tenido que ir a terapia para poder gestionar la presión acumulada.