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Las desgracias de Céline Dion, ahora enferma incurable

Céline Dion padece el síndrome de las personas rígidas, experimentando espasmos musculares.

Céline Dion padece el síndrome de las personas rígidas, experimentando espasmos musculares.
Céline Dion | Cordon Press

Finalizando el pasado año Céline Dion, la mujer que más discos ha vendido en la historia, redactó un comunicado donde informaba que se veía obligada a suspender su gira mundial, "Courage World Tour", a causa de una importante enfermedad. Nos hicimos eco de esa desagradable noticia. Transcurridos seis meses la salud de la gran cantante canadiense no ha variado. El diagnóstico no admite dudas: padece un mal incurable, "el síndrome de las personas rígidas". Experimenta espasmos musculares al caminar y cuando se esfuerza para emitir una nota con su garganta. Mal de naturaleza neurológica.

Céline Dion ha vuelto a dirigirse a sus incontables, millones de seguidores ante ese negro futuro que la asola. ¿Será ya su final como extraordinaria intérprete? Una tragedia para esta mujer que tantas otras desgracias ha sufrido en la vida, como pasamos a comentar.

Nacida el 30 de marzo de 1968 en Chalemagne, cerca de Quebec, Canadá, en el seno de una humilde familia compuesta por catorce hijos, de los que ella era la benjamina. Nunca durante la infancia tuvo dormitorio propio: tenía que dormir en una rampa, junto a la escalera del reducido piso en que vivían con muchas dificultades económicas. Resulta curioso saber que su madre, antes de que Céline llegara al mundo ya había dispuesto que así se llamaría, porque le encantaba una melodía romántica del cantante francés Hugues Aufray. Lo cual tiene visos de adivina, teniendo en cuenta que entonces aún no existía método alguno en ginecología para saber el sexo de un bebé con anticipación.

En aquel hogar, sus padres manifestaban constantemente su afición musical y Céline, que tempranamente se distinguió por sus registros vocales, comenzó, ya adolescente, a cantar junto a aquellos en un café-bar de su ciudad natal. A los doce años compuso su primera canción. Un agente artístico la escuchó cantar y entusiasmado con ella propuso a sus progenitores hacerse cargo de la carrera artística de la pequeña, entonces sólo con trece años. Él, René Angélil, contaba treinta y ocho. No vaciló en hipotecar su casa para financiar el primer álbum de Céline, un tiempo más tarde, cuyo título aludía a las convicciones religiosas de ambos: "La voz de Dios". La relación entre ambos sucedió a partir de 1987, se comprometieron en 1991, casándose en la Basílica de Nuestra Señora, en Montreal tres años después.

El matrimonio fue muy feliz, tuvieron tres hijos, el primero, René Charles, en 2001, tras someterse a un tratamiento de fertilidad. Deseaban aumentar su hogar. Céline trató de tener otros embarazos, sin resultado. En 2009 sufrió un aborto. Tras otros intentos, recurrió a la fecundación "in vitro" y alumbró dos gemelos varones en 2010, Eddy y Nelson.

A pesar de esos dolorosos contratiempos, Céline lo dio todo por bien empleado, sin quejarse, en su condición católica, de amorosa madre y esposa. Sus éxitos internacionales como cantante, de poderosa voz calificada como propia de una soprano lírica, eran reflejados en la prensa mundial. Sólo en la década de los años 90 había vendido tanto en el área francófona, primero, como después en lengua inglesa, más de cien millones de copias vendidas de sus discos. De todos ellos, uno de los títulos más divulgados sería el tema central de la banda sonora de la película "Titanic": "My heart will go on". En 1988 había aceptado, no sabemos por qué, representar a Suiza en el Festival de Eurovisión, que ganó con "No te vayas sin mí".

Antes de que alcanzara la maternidad, en el año 2000, cundió la alarma en el hogar de Céline: a su marido le diagnosticaron cáncer de garganta. Entre giras constantes y grabaciones discográficas, no dejaba de estar pendiente de René. Como la enfermedad de su marido se agravaba, optó en 2014 por anunciar su retirada temporal de los escenarios. Dos años después expiraba. Una etapa dolorosísima, porque, en el mismo fin de semana del óbito, con sólo dos días de diferencia, falleció también uno de sus hermanos, Daniel, asimismo a causa de otro cáncer.

Céline atravesó varias temporadas ausente de los escenarios, aunque hubo de cumplir algunos de sus inevitables compromisos artísticos. No quería vivir en la misma casa con la que habían transcurridos sus últimos años de felicidad conyugal, así es que en 2017 se deshizo de su mansión sita en Las Vegas, desde luego tras una beneficiosa operación, a cambio de ¡treinta millones de dólares! Le había costado en su día "sólo" nueve millones. Casoplón de tres mil metros cuadrados. Y es que Céline era multimillonaria. Publicó su autobiografía, "Mi historia, mi sueño", donde repasaba su interesante existencia, desde la pobreza a la riqueza y la fama. Entre 5 Grammys, dos Óscar y otros importantes galardones, Céline continuaba siendo una triunfadora con sus melodías pop.

Fueron pasando los años, la pandemia, siempre con el recuerdo de sus desgracias familiares, pero atendiendo todavía a sus múltiples contratos. Y repentinamente, transcurriendo 2022, comenzó a sentirse débil, con frecuentes dolores, tanto en sus extremidades inferiores como en el momento de cantar. Trató de vencer ese inesperado contratiempo en su salud, pero fue inútil resistirse a la cruel realidad que ahora la retiene en casa, atendida por sus hijos, aún adolescentes los gemelos, presa de todos sus infinitos recuerdos, malos y buenos, de una vida de éxito profesional, alabada en todo el mundo, pero con esta tragedia que ha ahogado su maravillosa voz.

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