Este fin de semana tuvo lugar uno de los eventos más esperados del año: la boda de Tamara Falcó e Iñigo Onieva que finalmente se daban el ‘sí quiero’ después de varios altibajos en su relación por los escarceos del empresario. Una espectacular ceremonia a la que acudieron más de 400 invitados y que se celebró por todo lo alto en la finca El Rincón, propiedad de la marquesa de Griñón.
Dos días después de la celebración, la pareja ha vuelto a la calma y ya disfruta de su vida de casados mientras ultiman los preparativos para su lunar de miel. Además, dentro de poco podrán disfrutar de su nueva casa, un ático que Tamara compró sobre plano en el año 2020, que ya está terminado de construir y al que solo le faltan detalles menores y la decoración. Aunque la vivienda está nombre de Tamara, Iñigo se estaría implicando en todo lo relacionado con la misma, desde los acabados hasta la distribución e incluso ha aportado ideas para decorar.
La vivienda en cuestión es un ático de lujo de 186 metros cuadrados ubicada cerca de la casa de su madre en la urbanización Puerta de Hierro de Madrid. Forma parte de la promoción The Collection, de la empresa Kronos Homes, y están diseñadas por los arquitectos Joaquín Torres, marido de Raúl Prieto, y Rafael Llamazares.
Tamara ya avanzó en su serie de Netflix que eligió esta casa por estar situada en una zona de Madrid a la guarda mucho cariño ya que es donde se ha criado. Además, cree que es la casa perfecta para formar una familia, por lo que no tardaría en intentar quedarse embarazada con su recién estrenado marido Iñigo Onieva. También está encantada con la idea de tener a su madre cerca, pues es la hija que más contacto tiene con Isabel Preysler, siendo casi inseparables.
El nidito de amor de la pareja estaría valorado en un millón y medio de euros y entre sus atractivos encontramos una piscina privada, una cocina enorme pegada al salón, cuatro habitaciones y tres baños. Además los vecinos podrán disfrutar de otra piscina común, un lujoso spa y una zona para los niños. Aunque la idea era mudarse tras la boda, varios retrasos en la construcción han impedido que esto finalmente vaya a suceder, por el momento parece que continuarán viviendo en el piso que Tamara alquiló en el inicio de la relación.
Mientras llega el momento de la mudanza, la pareja ya hace la maleta para marcharse de luna de miel para disfrutar de su recién estrenado matrimonio.