El rey Felipe VI y don Juan Carlos, unidos por la vela pero a kilómetros de distancia
El rey Felipe VI ha salido a navegar durante la mañana de este sábado en Palma de Mallorca justo a la misma hora en la que su hermana la infanta Elena se encontraba en el puerto con su padre el rey don Juan Carlos para hacer lo propio en Sanxenxo.
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Pasadas las 11h de la mañana, el Rey Juan Carlos abandonaba la casa de Pedro Campos en su vehículo y saludaba a todos los allí presentes con su típico gesto de mano y una sonrisa en su rostro.
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Aunque no ha hecho declaraciones a la prensa, el emérito se mostraba de lo más feliz ante un nuevo día de regatas en Sanxenxo.
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Una vez allí, las cámaras se han percatado de la presencia de la Infanta Elena, quien ha viajado hasta Sansenxo para no solo reencontrarse con su padre, si no para acompañarle en esta jornada de regatas que comenzaba este viernes.
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La infanta Elena ha llegado al reencuentro con su padre en Sanxenxo más simpática de lo habitual.
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Perfectamente equipada y con una sonrisa en su rostro, la hija del emérito se dejaba ver hablando con la tripulación de Don Juan Carlos mientras esperaba a que este hiciera acto de presencia en el puerto.
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La infanta Elena ha seguido muy de cerca a El Bribón, donde navegaba su padre.
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Minutos más tarde, el emérito llegaba, saludaba a su hija y una vez ha bajado las escaleras para dirigirse al Bribón, toda la tripulación se ha hecho una fotografía con su hija, la Infanta Elena, para tenerla en el recuerdo.
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La infanta Elena y su padre el rey emérito don Juan Carlos han vuelto a evidenciar en público la complicidad que tienen.
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Mientras que su padre continúa con la jornada de regatas en Sanxenxo, este sábado acompañado por la Infanta Elena, el Rey Felipe VI sigue activo con la tripulación de 'Aifos' en Palma de Mallorca. Disfrutando de unos días de vacaciones, el monarca ya se dejaba ver estos últimos días navegando en alta mar con las vistas puestas en la Copa del Rey Mapfre.
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Este sábado, el Rey Felipe ha aparecido por la bahía de Mallorca a mediodía acompañado por un amigo y juntos caminaban hasta llegar al 'Aifos'. Una vez allí, el monarca se dejaba ver como uno más y preparaba junto a toda la tripulación el barco para que todo estuviese a punto.
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Después de quitar la lona, asegurar las cuerdas y comprobar que todo estaba correcto, el Rey Felipe se sentaba, se ataba las zapatillas, se ajustaba la gorra para que no se le volase en ningún momento y, como cualquier mortal más, sacaba un bote de crema con protección solar, se la untaba en la mano y se la esparcía por la cara para evitar quemaduras.
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Un nuevo día en el que el monarca va a disfrutar de las aguas de Mallorca mientras que su padre se encuentra en Sanxenxo con la visita sorpresa de su hija, la Infanta Elena, que no ha dudado en viajar hasta allí para estar al lado del emérito y reencontrarse después de semanas sin verlo.
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