
Selena Gomez vive uno de los grandes momentos de su vida profesional gracias al éxito de la serie Sólo asesinatos en el edificio que protagoniza junto a Steve Martin y Martin Short y con la que ha recibido dos nominaciones a los Globos de Oro. La artista prepara además el que será su último álbum musical y factura millones con su marca de maquillaje Rare Beauty, que ha conseguido colocarse como una de las mejor valoradas y vendidas del mercado de belleza.
Entre tantas alegrías en lo laboral, la actriz de 31 años tiene sus propias inseguridades relacionadas con el físico, tal y como ella misma ha confesado en su perfil de Instagram. Gomez ha compartido con sus más de 429 millones de seguidores una fotografía antigua en bikini con el texto "hoy me he dado cuenta de que nunca más volveré a verme así". A continuación, subió otra reciente que evidencia un aumento de peso: "No soy perfecta pero estoy orgullosa de ser quien soy. A veces se me olvida que está bien ser yo".

Las temporadas de premios resultan complicadas para la cantante e intérprete ya que su exposición ante las cámaras y los fotógrafos aumenta de forma considerable. Ya en 2023 tuvo que hacer frente a las críticas por su cambio físico. "Estoy un poco más gorda porque me divertí durante las vacaciones", escribió tras aparecer en la entrega de los Globos de Oro del año pasado. Aunque también se habló duramente sobre los retoques que se habría hecho el rostro, la artista prefirió no contestar.
Su cambio de aspecto tiene mucho que ver con el lupus que le fue detectado en 2014 y por el que necesitó un trasplante de riñón tres años después. Según publicaron algunos medios, Selena entró en una clínica de rehabilitación para recuperarse de su adicción por las drogas, pero su malestar no se debía a eso. "Me diagnosticaron lupus. Mi mamá tuvo un aborto espontáneo y todo el mundo se enteró de ello. Cancelé mi gira porque necesitaba tiempo para estar bien. Tuve que someterme a un tratamiento de quimioterapia en diferentes lugares", explicó entonces.
Selena también desveló que sufre bipolaridad: "Voy a ser muy abierta con todo el mundo sobre esto: he estado en cuatro centros de tratamiento. Creo que cuando empecé a llegar a la veintena fue cuando empezó a oscurecerse de verdad, cuando empecé a sentir que no tenía el control de lo que sentía, tanto si era muy bueno como si era muy malo". Esta enfermedad la llevaba a sufrir fuertes cambios de humor, pasando en minutos de la euforia a la frustración. Además, le dificultaba el sueño y era incapaz de dormir durante días, lo que le afectaba a su estado físico y anímico.


