
Con el nacimiento del hijo de Calvin Harris donde ha compartido abiertamente que su mujer Hope, sigue la medicina natural (no respaldada por la comunidad científica) y ha seguido un proceso para convertir la placenta en píldoras para posteriormente ingerirlas, ha surgido gran expectación en las redes sociales sobre el tema.
El proceso de encapsulación de la placenta algunas personas lo realizan por la creencia de que proporciona beneficios a la madre en el posparto, como reducir el sangrado después del parto, ayudar a lograr un equilibrio hormonal saludable en el cuerpo de la madre o proporcionar nutrientes importantes, como el hierro, aunque los médicos insisten en que no hay evidencia científica al respecto, e incluso puede llegar a ser contraproducente por el riego que supone estando la madre en plena recuperación del parto.
Algunos de estos usuarios han sido rostros conocidos del mundo del cine o de la música. Uno de los primeros casos fue el de Jennifer López, que encapsuló la placenta de los mellizos y además utilizó el órgano para hacerse tratamientos faciales para embellecer su piel.
Otro de las celebrities internacionales más importantes, Kim Kardashian, en 2015 y tras dar a luz a su hijo Saint West, publicó una fotografía con un bote lleno de cápsulas donde se podía leer "Kim. Tu asombrosa placenta".
My experience eating my placenta is up on my app! https://t.co/0aC3YXxIgv pic.twitter.com/xcCEtVCvzb
— Kim Kardashian (@KimKardashian) December 14, 2015
La actriz Hilary Duff, conocida por papeles como la serie de Disney Lizzy McGuire, también se comió su placenta pero esta vez en un formato mucho más peculiar, haciendo cubitos de hielo con ella para ponérselo a sus bebidas.
Una de los casos más recientes fue el de la artista Eva Luna, que en una entrevista a su marido Camilo, confirmó que se comió la placenta de su hija Índigo tras dar a luz: "A mi esposa se la encapsularon y se la comió".
Este proceso proviene de la medicina natural y no está respaldado por la comunidad científica. Además, la medicina insiste en que estos procesos no eliminan por completo las bacterias y virus infecciosos que podría contener la placenta, por lo que, en ningún caso esta práctica está respaldada por la comunidad y pueden suponer un riesgo para el que la ingiera.



