
El proceso judicial para esclarecer la muerte del actor Matthew Perry avanza casi dos años después del trágico suceso. Jasveen Sangha, conocida como ‘la reina de la ketamina’, aceptó este lunes declararse culpable de cinco cargos federales por venderle al actor Matthew Perry la droga que lo mató, informó el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Sangha, de 42 años, que permanece detenida desde agosto de 2024, admitió su responsabilidad en tres cargos de distribución de ketamina, uno por distribución de esta sustancia con resultado de muerte o lesiones graves, y otro por almacenar y empaquetar drogas en su vivienda de Los Ángeles. La Fiscalía le atribuye un auténtico "emporio de drogas" en su residencia. La ‘reina de la ketamina’ podría enfrentarse a años de prisión: 20 años por almacenar drogas, 10 años por cada cargo de distribución y un máximo de 15 años por la distribución que derivó en la muerte del intérprete.
Con este acuerdo, los fiscales consiguieron que los cinco implicados en el caso reconocieran su culpabilidad. Entre los acusados también figura el médico Salvador Plasencia, conocido como "Dr. P.", quien se declaró culpable el mes pasado de proporcionar la jeringa a Perry a través de Kenneth Iwamasa, asistente personal del actor señalado como la persona que le inyectó la dosis letal el 28 de octubre de 2023, día en que falleció. Este último, junto al médico Mark Chávez y al proveedor Erik Fleming, ya había aceptado cargos de conspiración el año pasado.
Según las investigaciones, los acusados se aprovecharon de la vulnerabilidad de Perry y su historial de adicciones para beneficiarse económicamente.
El informe forense determinó que la muerte de Perry, que este martes hubiera cumplido 56 años, se debió principalmente a la ketamina, sumada a un cuadro de ahogamiento, enfermedad coronaria en las arterias y presencia de buprenorfina, un medicamento usado contra la dependencia a opiáceos.
La confesión de Matthew Perry
Matthew Perry, recordado por su icónico papel de Chandler Bing en Friends, había relatado sus problemas de dependencia y con las adicciones. En sus memorias Friends, Lovers and the Big Terrible Thing (2022) relató haber gastado nueve millones de dólares en rehabilitación, sobrevivido a un coma y enfrentado una recuperación con apenas un 2% de probabilidades de vida. Pese a sus esfuerzos, terminó siendo víctima de la misma vulnerabilidad contra la que luchó durante décadas.



