La mesa de actualidad de El Hormiguero capitaneada por Pablo Motos y con Juan del Val, Nuria Roca, Cristina Pardo y Tamara Falcó como colaboradores, habló del intento de fichaje de David Broncano por TVE para ponerse al frente de un programa con el que "hacer la competencia" al de Antena 3. Una millonaria apuesta que está suponiendo una guerra total en la cadena pública y una situación incómoda que se ha convertido en "culebrón" para el propio Motos, tal y como él mismo apuntó el pasado jueves durante el programa.
"Es incómodo hablar de un tema en el que estás implicado aunque no quieras. Siempre que hacemos un programa, hay competencia. Bienvenida sea, bienvenido sea Broncano o quien sea. Cada uno que elija la opción que le dé la gana porque no hay nada más democrático que el mando a distancia", dijo el presentador.
Sin embargo, el gran problema para Motos llega para los trabajadores de TVE, "que deben estar viendo como están ridiculizando el prestigio de una cadena". "Es una cadena estupenda con trabajadores extraordinarios, con mucho prestigio y con mucho equilibrio. Igual no se merecen estar en todas las tertulias", reconoció.
Para Juan del Val, el problema tampoco está en Broncano, "un gran profesional que hará un gran programa si finalmente le contratan", sino que "Moncloa quiere acabar con Pablo Motos". "Nos hace pensar en el nivel democrático que tenemos en este momento. En Moncloa se tienen que decidir otras cosas, no hacer un contrato con unas condiciones no vistas hasta ahora para hacerle daño a este programa", continuó. Motos insistió en que se siente muy "incómodo" hablando de este tema, a lo que Del Val avisó entre risas: "Mírate lo de que te tienen manía".
El fichaje de Broncano fue finalmente rechazado el pasado jueves por no conseguir los apoyos necesarios. La cesada Elena Sánchez decidió ausentarse del Consejo de Administración que debía decidir si se le contrataba y tampoco delegó su voto. Ante esta situación, la nueva presidenta, Concepción Cascajosa, optó directamente por suprimir el debate del orden del día, por lo que ni siquiera se llegó a someter el asunto a votación oficial. Según el comunicado remitido al término del encuentro, "la reunión se reanudará próximamente", aunque, por ahora, no hay fecha cerrada.
La última propuesta, adelantada el martes por Libertad Digital, pasaba por un contrato de dos años a razón de 14 millones de euros por temporada, que sólo podría ser revocado una vez concluida la primera y después de al menos cuatro meses consecutivos con una audiencia inferior al 7,5% o el 8% en función de si continuaba en el llamado access prime time (después del Telediario) o en el late night. Además, se especificaba que dicha decisión se tendría que comunicar con al menos dos meses de antelación, por lo que RTVE se vería obligada a mantenerlo en emisión durante un mínimo de 18 meses.
Se trata casualmente de la misma cifra que percibe Pablo Motos por presentar El Hormiguero, el programa al que el Gobierno pretendía hacer sombra con el fichaje de La Resistencia con el objetivo de mitigar las innumerables críticas que el de Antena 3 profiere a diario contra la gestión de Pedro Sánchez y sus socios.
Para que saliera adelante, el contrato debía contar con el apoyo de la cesada Elena Sánchez o del consejero de Podemos José Manuel Martín Medem. Sin embargo, ni uno ni otro estaban dispuestos a aceptar una propuesta que comprometiera a RTVE por más de un año. A pesar de que las negociaciones se intensificaron en las últimas horas, finalmente Moncloa no consiguió su propósito, ya que para que saliera adelante se necesitaban cinco votos y solo contaba con cuatro: el de la recién nombrada presidenta y militante socialista Concepción Cascajosa, el del otro consejero del PSOE, Ramón Colón, el del comunista Roberto Lakidain y el del representante del PNV.