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¿Por qué se come roscón de Reyes el 6 de enero?

El Roscón de Reyes es tradición en los hogares españoles cada 6 de enero. ¿Desde cuándo esto es así? ¿Por qué este dulce y no otro?

El Roscón de Reyes es tradición en los hogares españoles cada 6 de enero. ¿Desde cuándo esto es así? ¿Por qué este dulce y no otro?
Roscón de Reyeswww.moverelbigote.com/roscon-de-reyes | Flickr/CC/moverelbigote

El Roscón de Reyes es uno de los productos más consumidos durante la temporada navideña, y si los cálculos de la patronal de productos industriales de pan y bollería (ASEMAC), son correctos, actualmente las cifras de venta de roscones en España están en más de 30 millones por año en los últimos años. Ayuda mucho que se extienda la campaña de producción y comercialización y que cada vez haya más variedades de sabores, de hecho, ahora mismo uno puede encontrar roscones rellenos de crema, de nata, de chocolate, de cabello de ángel, de trufa, de dulce de leche, sin relleno…

Pero, ¿De dónde ha salido esta deliciosa tradición? Sus orígenes se remontan a las tortas que se consumían durante las fiestas Saturnales, unas celebraciones muy importantes que se celebraban en torno al dios Saturno en la Antigua Roma con motivo de los solsticios, celebrando que los días comenzaban a ser un poco más largos cada día. Para ello se preparaban unas tortas redondas con calabaza, higos, dátiles y miel, que se repartían entre plebeyos y esclavos. Cada una de esas tortas escondía un haba seca en su interior, y quien la encontraba se convertía en el ‘Rey de la fiesta’, un cargo de carácter burlesco que ‘gobernaba’ durante los días que durara la celebración.

La tradición romana perduró, y allá por el siglo XII fue el momento en el que el roscón ‘de Reyes’ obtuvo el nombre con el que llegaría hasta la actualidad. En ese momento, se continuó con la tradición de esconder un haba seca, y quien la encontrara, se convertía en el ‘Rey de la Faba’. El dulce también llegó a Al-Ándalus, donde se cambió el haba seca por una moneda.

Esas tortas siguen teniendo forma de rosca y llevan fruta escarchada, que simboliza las joyas de una corona real. A día de hoy se fabrica con harina, levadura, leche huevos, agua de azahar, margarina, azúcar y sal (aunque algunos les añaden otros ingredientes, al gusto). Eso sí, ya no se encontrarán dentro habas o monedas; ahora los roscones tienen sorpresas en su interior, que por razones higiénicas han de ir envueltas en plástico resistente al calor y que suelen ser fabricadas en porcelana o cerámica.

La tradición moderna

Se dice que en el siglo XVIII, un cocinero con ganas de contentar al pequeño rey Luis XV, introdujo como sorpresa en el roscón una moneda de oro. Evidentemente, a partir de ese momento, la moneda adquirió más valor simbólico que el haba, convirtiéndose en el premio deseado, mientras que nadie quería que le tocase la legumbre.

Aunque la tradición de comer el Roscón de Reyes ya era conocida en España, Felipe V trajo la nueva modalidad de introducir la moneda como premio. Con los años, la moneda se cambió por una figurita de cerámica, a la vez que el haba se convirtió en un símbolo negativo.

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