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¿Qué alimentos no se deben comer crudos nunca?

Comer es algo que se hace a diario varias veces. Pero, en ocasiones la comida cruda puede ser perjudicial. ¿Qué alimentos no hay que comer crudos?

Comer es algo que se hace a diario varias veces. Pero, en ocasiones la comida cruda puede ser perjudicial. ¿Qué alimentos no hay que comer crudos?
Huevo de dos yemas, crudo | Cordon Press

Fruta, verdura, carne, pescado, frutos secos, leche, café, legumbres... son alimentos para consumir a diario en sus diferentes modos de preparación. Algunos pueden consumirse crudos, pero no todos ya que pueden ser peligrosos para la salud.

No obstante, hay que resaltar que el hecho de consumir alimentos crudos puede ser una opción saludable en muchos casos, ya que preserva los nutrientes y las enzimas naturales presentes en los alimentos. Sin embargo, existen ciertos alimentos que no se deben comer crudos debido a riesgos para la salud. ¿Cuáles son?

  • Carnes: Las carnes crudas, como el pollo, la carne de res y el cerdo, son un caldo de cultivo para enfermedades como la toxoplasmosis, triquinosis, salmonella, listeria y E. coli. El hecho de cocinar la carne a temperaturas adecuadas elimina estos patógenos y garantiza que sea segura para el consumo.
  • Carne de cerdo: Si bien el peligro asociado con comer carne de cerdo cruda o poco cocinada ha disminuido desde los años 70 y 80, porque estos animales se crían en mejores condiciones higiénicas y ya no se alimentan de basura, es mejor que no se consuma cruda, pues aún existe el riesgo de contraer uno de los dos parásitos que puede contener: la triquinosis o la tenia del cerdo.
  • Huevos: Los huevos crudos pueden contener salmonela, que puede causar graves problemas gastrointestinales. Cocinar los huevos aporta seguridad al matar las bacterias dañinas y mejora la biodisponibilidad de sus nutrientes. Además, algunos de sus nutrientes, como la proteína, no son tan fáciles de digerir si se comen crudos.
  • Mariscos: Consumir mariscos crudos, como ostras, mejillones o pescado, puede poner en riesgo la salud debido a la posible presencia de bacterias y parásitos, por lo que cocinar estos alimentos es vital para evitar infecciones graves.
  • Pescado: Otro de los nombres que resuenan en el ámbito de la seguridad alimentaria son los anisakis. Este pequeño parásito no es otra cosa que un pequeño gusano que se dispone generalmente en forma de espiral en ciertas zonas del pescado, especialmente las branquias y las vísceras. Su fama ha ido creciendo a la vez que lo hace la comida oriental, incluyendo el famoso sushi a base de pescado crudo. También se va teniendo más claro que la manera más segura de consumir pescado crudo es tras haberlo congelado durante al menos 24 horas a -20ºC a nivel industrial, o en casa durante cinco días. Eso sí, no hay que olvidar que con la congelación lo que se consigue evitar es el riesgo que los anisakis puedan parasitar a las personas, pero el pescado crudo seguirá siendo un alimento con un riesgo microbiológico elevado y por ello no se aconseja en embarazadas ni en niños muy pequeños o personas inmunodeprimidas.
  • Pez globo: Comer pez globo es una lotería, incluso cuando está cocinado. Esto se debe a que contiene un compuesto tóxico llamado tetrodotoxina que no se destruye durante la cocción, por lo que es necesario retirar las partes del pez que aún la contienen.
  • Leche no pasteurizada: La leche cruda puede contener patógenos peligrosos, como la Listeria y la Brucella. La pasteurización es un proceso que mata estas bacterias y hace que la leche sea segura para el consumo, pero en los últimos tiempos ha vuelto a comercializarse leche cruda. Teniendo en cuenta que actualmente el consumidor está habituado a comprar leche lista para su consumo, se debe advertir que la leche cruda debe cocerse previamente, el motivo es que tomarla tal cual se extrae de las ubres puede suponer problemas de salud como la Brucelosis o muchas otras infecciones bacterianas.
  • Legumbres: Las legumbres crudas, como los frijoles o las lentejas, contienen lectinas, sustancias tóxicas que pueden causar problemas gastrointestinales. Cocinarlas elimina las lectinas y facilita la digestión.
  • Judías de Lima: Estas legumbres contienen linamarina, un compuesto que se convierte en cianuro. Por suerte, una vez cocinadas son inofensivas.
  • Yuca: La yuca es otro de los alimentos que no se debe comer crudos, el motivo es que este tubérculo contiene glucósidos cianogénicos que es una sustancia química que puede convertirse en cianuro cuando se ingiere.
  • Alubias rojas: Comer cuatro o cinco alubias rojas crudas puede sentar fatal ya que contienen lectinas, las cuales pueden afectar muy negativamente al sistema gastrointestinal, pero durante la cocción, las alubias pierden las lectinas. No obstante, en este caso se puede hablar más de una curiosidad que de un tema de preocupación por la seguridad alimentaria y la salud, pues las legumbres al ser granos compactos y secos no se consumen nunca en crudo.
  • Patata: Las patatas siempre deben cocinarse ya que este alimento rico en almidón contiene unos compuestos químicos tóxicos llamados glicoalcaloides que pueden acabar con el sistema digestivo. No obstante, seguramente no se quiera comer patata cruda por su dificultad y textura, pero en realidad hay una muy buena razón por la que no se debería comerlas. Las patatas crudas no solo contienen toxinas que pueden dañar el cuerpo, sino que su almidón crudo también puede causar molestias digestivas, como hinchazón. Por eso es necesario hervirlas, hornearlas, freírlas o tostarlas para descomponer esos almidones. También hay que tener en cuenta que si las patatas crudas pasan mucho tiempo en un área cálida o húmeda, pueden volverse verdes y desarrollar una toxina llamada solanina. Si una patata parece tener manchas verdes, lo mejor es evitar comerla por completo, ya que la solanina podría causar intoxicación alimentaria y producir dolor de estómago, dolor de cabeza o incluso parálisis.
  • Berenjena: Al igual que la patata, la berenjena contiene solanina, un glucoalcaloide tóxico, por esta razón, lo mejor es no comerla cruda.
  • Coles de Bruselas: Cocinar las coles de Bruselas no solo ayuda a que estas no sean tan amargas, sino que también hace que liberen unos componentes anticancerígenos llamados isotiocianatos.
  • Brócoli: Aunque el brócoli crudo no sea venenoso, se le hará un favor al sistema digestivo si se cocina antes de comerlo.
  • Coliflor: Al igual que el brócoli, la coliflor se digiere y sabe mejor si se cocina, por lo que no es recomendable comerla cruda.
  • Judías verdes: Las judías verdes son ricas en lectinas, las cuales afectan al sistema gastrointestinal pero, si se cocinan se puede ayudar a reducir la cantidad de lectinas presentes en ellas.
  • Espárrago: Aunque el espárrago puede comerse crudo, hincarle el diente no es tarea fácil, por lo que lo mejor es cocinarlo para que se vuelva más tierno.
  • Col rizada: La col rizada puede comerse cruda, pero puede inhibir la absorción de yodo, lo que no es deseable para quienes sufren de la tiroides.
  • Col: Esta verdura crucífera es muy beneficiosa, pero comerla cruda puede hacer que el sistema gastrointestinal pase por un mal rato.
  • Espinacas: Las espinacas pueden comerse crudas, pero cocinadas contribuyen a una mejor absorción del hierro y el calcio.
  • Calabacín: El calabacín también puede comerse crudo, pero cocinarlo hará que no sea tan amargo.
  • Tomate: Aunque nos encanten los tomates crudos, cocinarlos hará que suelten todas las sustancias beneficiosas que contienen, como el licopeno.
  • Calabaza: La calabaza está deliciosa, pero cruda es bastante fibrosa y amarga, por lo que cocinarla hará que se vuelva más tierna y dulce.
  • Brotes: Algunas bacterias patógenas como la salmonella y la E. coli pueden contaminar las semillas incluso antes de que estas germinen, por lo que comer brotes crudos puede ser arriesgado.
  • Hoja de ruibarbo: Hay una razón por la que solo se comen los tallos del ruibarbo, y es porque las hojas contienen ácido oxálico, lo que hace que sean tóxicas. Los tallos sí pueden comerse crudos, aunque el sabor no es muy agradable, por lo que lo mejor es cocinarlos. El motivo es que, si las hojas se comen crudas, pueden causar problemas para respirar, diarrea, dolor en los ojos e incluso convulsiones.
  • Bayas de saúco: No todas las bayas comestibles pueden comerse crudas. Este es el caso de las de saúco, que deben hervirse para que sean seguras para su consumo. Esto se debe a que contienen glucósido, el cual se convierte en cianuro y, por lo tanto, es venenoso.
  • Setas: Algunas setas crudas contienen sustancias tóxicas que pueden causar intoxicaciones graves. Hay que destacar que cocinar las setas descompone estas toxinas y las hace comestibles.
  • Olivas o aceitunas: Las aceitunas directamente cogidas del árbol contienen una alta concentración de un compuesto llamado oleuropeína, que les da un sabor amargo. Saltearlas y aliñarlas descompone la oleuropeína, produciendo las aceitunas, pero hay varias formas diferentes de preparar aceitunas para que sean apetecibles. Remojarlas en agua dulce eliminará parte de su amargura, pero es preferible usar una salmuera durante algunas semanas o incluso algunos meses en agua salada o envasarlos en sal. Pero hay que destacar que las aceitunas preparadas aún contienen algo de oleuropeína, pero no lo suficiente como para dar un sabor desagradable.
  • Miel: La miel cruda puede contener esporas de una bacteria llamada Clostridium botulinum, la cual produce toxinas dañinas. Esta es particularmente peligrosa para los niños pequeños y las mujeres embarazadas.
  • Cereales: Consumir granos crudos, como el arroz, puede exponer al organismo a la aflatoxina, una sustancia tóxica producida por hongos. Es importante saber que cocinar los cereales destruye estas toxinas y hace que sean seguros para comer.
  • Arroz: Comer arroz crudo no es ni fácil ni recomendable. Esto se debe a que puede contener bacterias nocivas.
  • Harina: Cuando se cocinan galletas o repostería en general, más de uno decide probar la masa antes de hornearla. Pues no es tan buena idea ya que, al parecer, la harina contiene ácido fítico, el cual se adhiere a algunos minerales y no permite que el cuerpo los absorba y, además, puede contener bacterias como la E. coli.
  • Almendra amarga: Las almendras amargas no están disponibles en muchos países, como Estados Unidos, pero en otros sí. Si se consumen almendras amargas crudas hay que tener en cuenta que contienen una sustancia llamada amigdalina, que al ingerirla da lugar a ácido cianhídrico que es altamente venenoso. Las almendras que se comercializan en los supermercados para su consumo no tienen este problema y se trata de alimentos muy recomendables para la salud y en cualquier caso si se ha colado una almendra amarga entre ellas se notará enseguida.
  • Alimentos enlatados: Comer alimentos enlatados crudos, como frijoles o sopas, no es aconsejable, ya que el proceso de enlatado se realiza para conservar los alimentos y matar cualquier bacteria presente. Cocinar los alimentos enlatados es fundamental para eliminar cualquier riesgo microbiológico residual.

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