Una ciudad que fusiona la elegancia financiera con el entorno natural inigualable de los Alpes, Zurich es mucho más que simplemente un centro de negocios. Situada a orillas del pintoresco lago Zurich y rodeada de montañas cubiertas de nieve, la ciudad ofrece una experiencia única que combina la eficiencia suiza con la belleza natural.
Zurich es mundialmente conocida por ser uno de los principales centros financieros del mundo, algo que se nota en sus principales calles y avenidas, donde el derroche de coches de alta gama es en sí mismo un espectáculo. Con edificios imponentes y calles impecablemente limpias, la ciudad respira un aire de prosperidad y estabilidad económica como no podía ser de otra forma en el corazón económico de Europa.
Pero no sólo los negocios y la banca son la seña de identidad de esta ciudad. Los amables y atentos zuriquenses llevan años decididos a cambiar esa imagen fría y de oficinas por una cara totalmente renovada y alegre, una explosión de color y entusiasmo, junto a su elevada calidad de vida, que se materializa en su gran oferta cultural, gastronómica y de ocio. Algo que se ha materializado en su flamante y moderno barrio de Zúrich West, un polígono industrial completamente renovado que ha transformado la antigua zona industrial al oeste de Zúrich, en un nuevo barrio con numerosos lugares de interés: la torre Prime con sus tonos verdes y azules, la Escuela Superior de Arte o los nuevos arcos del Viaducto, sin olvidar su postal más icónica: el edificio de contenedores de la marca Freitag.
Un paseo por el casco antiguo, con sus edificios históricos, sus pintorescas callejuelas y, por supuesto, su monumento más emblemático, la catedral Grossmünster, es una buena forma de tomar el pulso a la histórica urbe suiza, sobre todo si es en fin de semana, momento en el que se congregan, tanto los propios vecinos de la cuidad, como visitantes de los pueblos de alrededor y otras ciudades del país alpino.
Sin duda la avenida principal de Zúrich es la Bahnhofstrasse, una de las calles comerciales más exclusivas del mundo, paraíso de los amantes de las compras de lujo que también es la arteria principal de la ciudad. Aquí, tiendas de diseñadores internacionales compiten por la atención de los compradores ávidos de moda y estilo y bien merece un paseo para disfrutar con la imaginación, aunque solo sea desde el exterior de los escaparates. Sin embargo, Zurich no es solo para aquellos que buscan trajes elegantes y relojes exclusivos; también alberga una escena artística y cultural vibrante que está cambiando la esencia misma de la ciudad.
Los museos de Zurich son tesoros de conocimiento y belleza. El Kunsthaus Zurich, con su extensa colección de arte suizo y europeo, es un deleite para los amantes del arte. Desde las obras maestras de Alberto Giacometti hasta las pinturas de los maestros renacentistas, este museo ofrece un viaje a través de las épocas y estilos artísticos. La Kunsthaus presumen, además, de la mayor colección de pinturas de Munch fuera de Noruega y otros nombres tan famosos como Picasso, Van Gogh y Chagall, Warhol, Rothko y Beuys o destacados representantes del expresionismo, están entre sus paredes. Esta sí es una visita obligada durante un viaje a la ciudad.
La escena artística de Zurich no se limita a los museos; las calles de la ciudad están salpicadas de murales, parques, detalles y esculturas que agregan un toque de creatividad extra, algo que la convierte en aún más acogedora y viva.
Naturaleza y Relax a los pies de los Alpes
A pesar de su reputación financiera, Zurich no olvida su conexión con la naturaleza que está presente en cada rincón. El lago Zurich, con sus aguas cristalinas, es el lugar perfecto para relajarse y disfrutar de las vistas de las montañas circundantes, algo que saben hacer muy bien los propios zuriquenses al salir del trabajo. Los turistas y lugareños por igual disfrutan de paseos en bote, picnics junto al lago y caminatas a lo largo de sus orillas, además de sus fabulosos parques.
Gastronomía suiza y vida nocturna
La cocina suiza es otra joya que descubrir en Zurich. Desde el queso fondue, hasta el chocolate suizo, un clásico, la ciudad ofrece una deliciosa variedad de platos tradicionales. Los restaurantes locales sirven especialidades suizas auténticas, y los mercados de alimentos son el lugar perfecto para probar productos locales frescos. Cabe destacar uno en particular para darse un pequeño homenaje, algo más caro que la media de la ciudad, pero bien justificado. Se trata del restaurante Rechberg 1837, que ofrece un menú degustación que es un verdadero espectáculo para la vista y para el paladar. Su particularidad: está hecho solo con ingredientes de productores locales suizos.
Un paseo por la historia del chocolate
La fábrica Lindt, ubicada en el distrito de Kilchberg, es un lugar donde la historia del chocolate cobra vida. Desde que abrió sus puertas en 1899, la fábrica ha estado endulzando los paladares de los amantes del chocolate de todo el mundo con sus creaciones exquisitas.
Al ingresar, los visitantes son recibidos por el tentador aroma del cacao. La fábrica ofrece recorridos guiados que permiten a los visitantes explorar el fascinante proceso de fabricación del chocolate, desde la cosecha de los granos de cacao hasta la creación de las irresistibles tabletas de chocolate Lindt.
La fábrica Lindt no solo es un lugar de producción, sino también un lugar imprescindible para los amantes del chocolate. Los visitantes tienen la oportunidad de adentrarse en el proceso creativo de Lindt y descubrir los secretos detrás de la elaboración de sus chocolates más famosos.
Curiosidades y recomendaciones
Es muy recomendable obtener una tarjeta Zürich Card para moverse con tranquilidad y libremente por toda la ciudad utilizando el transporte público, que es impecable. La opción de pagar billetes sueltos sale, a la larga, mucho más cara.
Los precios. Suiza es uno de los países más caros del mundo por su elevado nivel de vida y eso se nota en los precios de casi todas las cosas cotidianas, la comida y el alojamiento. Es necesario tener esto en cuenta a la hora de preparar un viaje a la ciudad, o a Suiza en general.
Entre las curiosidades o lo que se podría denominar ‘otras atracciones’ de la ciudad, encontramos el museo de la FIFA, para los amantes del fútbol o la Victorinox Flagship Store, la tienda museo de las famosas navajas suizas, con más de 120 años de historia.
En resumen, Zurich es una ciudad que fusiona a la perfección la elegancia suiza con la belleza natural y el ambiente de negocios. Ya sea explorando el distrito financiero, sumergiéndose en la escena artística o disfrutando de la serenidad junto al lago, Zurich ofrece una experiencia única que captura lo mejor de la Suiza medieval y moderna en un solo destino.