La Albufera renace: el reencuentro con el corazón arrocero de Valencia tras la Dana
La Albufera y sus arrozales resurgen de la catástrofe con más fuerza que nunca.
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Un año después de que la Dana pusiera a prueba su fortaleza, La Albufera de Valencia ha demostrado su inmensa capacidad de regeneración. Visitamos este paraje único para redescubrir un paisaje, una cultura y una gastronomía que giran en torno a un cereal universal: el arroz.
Hay lugares en España que trascienden su propia geografía para convertirse en un símbolo, en un emblema cultural y patrimonial. La Albufera de Valencia es, sin duda, uno de ellos. Situada a apenas 10 kilómetros al sur de la bulliciosa capital del Turia, este paraje es un oasis de naturaleza en estado puro, un ecosistema salvaje y delicado cuyo corazón late al ritmo de las estaciones del arroz. Volver a la Albufera es siempre una buena idea, pero hacerlo ahora, cuando las heridas de la Dana han cicatrizado para dar paso a una de las cosechas más esperadas, es una experiencia casi obligatoria.
Un entorno natural único en el mundo, donde la vida fluye a otro ritmo. En los pueblos que salpican sus orillas, como El Saler o el icónico El Palmar, la tranquilidad es la nota dominante. El tiempo parece detenerse entre las redes de los pescadores y el susurro del viento entre los cañaverales. Es aquí donde se comprende que la Albufera no es solo un lago, sino un complejo entramado de canales, acequias y, sobre todo, sus miles de hectáreas de arrozales que pintan el paisaje de un verde intenso en verano y de ocres dorados en otoño.
Y si hay una experiencia que define la magia del lugar, es la de subirse a un albuferenc, la barca tradicional de fondo plano, y dejarse llevar por sus canales. El paseo, que serpentea entre los campos inundados, culmina en la inmensidad del lago. Es entonces, al atardecer, cuando el cielo se incendia en tonos anaranjados y púrpuras que se reflejan en el agua como un espejo perfecto, cuando uno entiende por qué este momento supera siempre todas las expectativas. Siempre. Es una postal imborrable, un instante de conexión profunda con la naturaleza que justifica por sí solo el viaje.
El Aplec: homenaje al arroz
Hace solo unas semanas, este escenario incomparable acogió el Aplec, un evento que congregó a decenas de los mejores chefs y divulgadores gastronómicos del país para hablar, sentir y, por supuesto, saborear la cultura del arroz. Un privilegio ser invitado a esta jornada de homenaje, una oportunidad única para poner en valor un legado artesanal que ha modelado este paisaje y a sus gentes durante siglos. Y, sobre todo, para visitar la Albufera un año después de la Dana y comprobar su asombrosa recuperación.
La cita no era menor. Grandes nombres de la escena gastronómica nacional y valenciana, como Quique Dacosta, Ricard Camarena, Bernd Knoller (del restaurante Riff), Raúl Resino, o el tándem formado por Carito Lourenço y Germán Carrizo (Fierro), no faltaron a la llamada. Un elenco de primer nivel que da buena cuenta de la importancia del arroz como pilar de la alta cocina española.
El maestro de ceremonias fue Santos Ruiz, gerente de la Denominación de Origen Arròs de València. Hablar con Santos es recibir una lección magistral. Considerado por muchos como la persona que mejor conoce el arroz en España, su pasión y sabiduría son contagiosas. Él fue el encargado de recordarnos que el arroz no es solo un producto, sino "el resultado de un ecosistema, de una cultura y del esfuerzo de generaciones de agricultores".
Y este año, ese esfuerzo ha tenido un significado especial. Esta ha sido la primera recogida del arroz tras la Dana, y los productores, restaurantes y empresas de la zona lo han vivido con una intensidad palpable. La tormenta fue un golpe durísimo, pero la Albufera ha demostrado su increíble poder de regeneración. La naturaleza, ayudada por el trabajo titánico de agricultores, pescadores y entidades locales, ha obrado el milagro. La Albufera se ha recuperado completamente, y el grano cosechado es de una calidad excepcional, como si la tierra quisiera devolver con creces el mimo recibido.
La Albufera, la esencia de Valencia
Declarada Parque Natural en 1986, la Albufera es uno de los humedales más valiosos del Mediterráneo. Sus más de 21.000 hectáreas acogen un lago de agua dulce de una riqueza biológica extraordinaria, siendo el hogar de más de 300 especies de aves que encuentran aquí un refugio vital. Es, en definitiva, el pulmón cultural, gastronómico y patrimonial de la Comunidad Valenciana.
La jornada culminó con una experiencia inolvidable: una cena en una barraca valenciana tradicional, una de las pocas que se mantienen en pie tal y como fueron construidas en su origen. Bajo su techo de cañizo, con el aroma del guiso de anguila (all i pebre) flotando en el ambiente, tuvimos la oportunidad de catar y entender las tres joyas de la D.O. Arròs de València: el Senia, cremoso e ideal para absorber todo el sabor del caldo; el Bomba, que no se pasa y garantiza un grano suelto y perfecto; y el Albufera, una variedad que combina lo mejor de las dos anteriores. Probarlos en su lugar de origen, cocinados por manos expertas, es redescubrir un ingrediente que creíamos conocer.
Otros planes para vivir la cultura del arroz
La buena noticia es que esta inmersión en la cultura arrocera no está reservada solo a unos pocos. La D.O. Arròs de València ofrece una experiencia exclusiva para grupos y actividades de team building (mínimo 10 personas) que es un plan perfecto para empresas o grupos de amigos. Por un precio que parte de los 100 € por persona, la jornada incluye una visita al museo, el imprescindible paseo en barca por la Albufera y, como colofón, la elaboración conjunta de un arroz a leña en una auténtica barraca valenciana. Una forma única de aprender, disfrutar y fortalecer lazos en un entorno inmejorable.
Para aquellos que deseen explorar por su cuenta, una parada fundamental es el Museo del Arroz de Valencia. Situado en el barrio marinero del Cabanyal, ocupa un antiguo molino arrocero de principios del siglo XX, perfectamente conservado. Recorrer sus instalaciones permite entender todos los procesos industriales que atraviesa el grano desde que llega del campo hasta que se convierte en un producto de excelencia con el sello de la Denominación de Origen. Además, el museo organiza frecuentemente actividades gratuitas (imprescindible reserva previa) para todos los públicos, acercando de forma amena y didáctica el fascinante mundo del arroz valenciano.
Volver a la Albufera es, en definitiva, reencontrarse con la esencia de Valencia. Es entender que un paisaje puede ser también un motor económico, una despensa y un destino emocionante.
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