El tiempo se vuelve cada vez más frío y las noches se hacen más largas. Además, el cielo suele estar encapotado con nubes o tormentas que impiden al sol entrar en nuestros hogares y llenarlo de esa luminosidad que todos deseamos. Pero podemos entrar en acción y preparar nuestras casas para la llegada del invierno. Si observamos las viviendas de los países del norte de Europa, enseguida cogeremos algunas ideas básicas para conseguir hogares llenos de luz y confort.
El primer paso es dejar entrar toda la luz exterior. Ya que hay poca, necesitamos aprovechar esos mínimos rayos de sol, así que lo mejor es retirar cortinas, estores y visillos. Las ventanas desnudas alumbrarán mucho mejor los rincones de las habitaciones y harán más grande el espacio. Si no queréis despoblar todas vuestras ventanas porque os da la sensación de que tendréis la casa a medio terminar, siempre podéis utilizar alzapaños y abrazaderas para recoger las cortinas hacia un lado y así mantener vuestras ventanas despejadas y completamente decoradas.
Sigamos con el color blanco y derivados. Ya sabéis que las tonalidades claras son fundamentales para ganar amplitud visual y luz en el interior, así que puede que sea el momento de repintar alguna habitación del hogar y aplicarle un tono blanco, gris clarito o verde suave. Al mismo tiempo, colocar unas molduras blancas en el salón y los dormitorios es otra forma elegante y visual de retamar una decoración y simular techos más altos y, en consecuencia, espacios más luminosos. Siguiendo con el truco de las tonalidades clara, podemos aplicarlo en los textiles que utilicemos en nuestra decoración: cuánto más neutros sean, más calidez y luminosidad aportarán al entorno. A este respecto, cabe señalar que la clásica decoración en blanco y negro es otra forma rompedora de conseguir luz, sin caer excesivamente en decoraciones totalmente blancas, sino jugando a romper esa monotonía con tonos oscuros, o bien dorados y plateados.
Por último, otro pequeño recurso a nuestro alcance para ganar luz este invierno es reubicar nuestros muebles. Cuanto menor sea el mobiliario, más amplio y luminoso será nuestro hogar, así que lo mejor sería contar con los muebles esenciales y vestir las paredes de cuadros acertados y espejos que multipliquen el espacio y la luz. Como veis, son los mismos truquitos de siempre: ¡si es que decorar el hogar es bien sencillo, sea otoño, invierno, primavera o verano!