Limpiar el suelo no es nuestra tarea favorita, pero tiene que hacerse de vez en cuando. A pesar de que puedes limpiar un montón con solo una aspiradora, definitivamente necesitas una fregona y un poco de agua para que todo quede verdaderamente limpio. Aunque, como no puede ser de otra forma, cada uno tiene sus métodos de limpieza.
Si quieres un hogar libre de bacterias, es fundamental mantener tu casa en perfectas condiciones de limpieza. Lo que significa ocuparte del suelo, al menos, una vez a la semana. Cada uno tiene su manera de limpiar y, probablemente todos, cometan o hayan cometido más de un error de limpieza a lo largo de la vida.
A la hora de limpiar el suelo tenemos varias opciones, aunque lo que no debe faltar nunca para una desinfección total es la fregona. Podemos pasar la aspiradora, la escoba o la mopa, siempre como paso uno. Cada uno de estos elementos tiene unos problemas que pueden surgir de su uso.
¿Para qué sirve la mopa? Su función es eliminar restos de polvo y suciedad y, a la vez, que el suelo recupere el brillo. ¿Y cómo lo consigue? Se pasa después de barrer y tiene unas fibras entrelazadas que capturan las motas de polvo o suciedad que la escoba no ha alcanzado a recoger. Pero, ¿Seguro que estás pasando bien la mopa? Analizamos algunos aspectos en los que puede que te estés equivocando.
- Usarla para recoger trozos grandes
- Usarla sin importar el tipo de suelo
- Evitar humedecerla un poco
- Colocar el palo en vertical
- Dejar todas las cosas tiradas por el suelo
- Pasarla con movimientos rectos, es en circular
- Utilizar la misma mopa para toda la casa
- No limpiarla de vez en cuando
Errores con la escoba
Sin embargo, como hemos dicho con anterioridad, antes de la mopa hay que pasar la escoba. Pero también hay que tener en cuenta una serie de condiciones para barrer bien, ya que podemos estar cayendo en alguna de ellas y pensar que estamos limpiando pero que no sea realmente así.
- El elemento más sucio
Mucha gente piensa que el inodoro o el cepillo del inodoro es la mayor fuente de bacterias en el hogar, pero esto no es cierto, quizá te sorprenda pero la mayoría de las bacterias se encuentran en las escobas. Eso no es tan extraño cuando lo piensas. Con la misma escoba, frotas un suelo lleno de polvo, cabello, restos de comida y otra suciedad. ¿Guardas tu escoba sin limpiarla? Entonces las bacterias que se encuentran en él se multiplicarán rápidamente.
- Lavar la herramienta
Por supuesto, no tienes que tirar tu escoba o esponja después de cada uso. Si tu escoba tiene una almohadilla extraíble, puedes limpiarla lavándola a 60ºC. ¿Tienes una escoba que no se puede lavar? Entonces debes reemplazarlo al menos cada dos meses.
Errores con la fregona
Una vez ya hemos barrido y/o pasado la mopa lleva el momento de fregar, quizá el paso más importante de una limpieza de suelo. Pero, cuando nos disponemos a fregar el suelo y dejarlo impecable, a veces no tenemos en cuenta una serie de detalles que pueden marcar la diferencia entre un buen trabajo y una limpieza mediocre.
A veces, incluso nos ha tocado volver a limpiar porque, no sabemos como, nos ha quedado mal olor, se ven las pasadas o no ha quedado tan limpio como esperábamos. Otras veces nos damos cuenta que el mocho de la fregona hace mal olor o está demasiado deteriorada y no sabemos como se ha podido echar a perder tan rápido, si es relativamente nueva. Hay algunos errores comunes que resumimos en estos:
- Limpiar sin haber barrido o aspirado
Si crees que con pasar la fregona te puedes ahorrar barrer o aspirar, te equivocas. Y te lo explicamos con un ejemplo muy claro. Barre el suelo de la casa entera y haz una montañita con todo el polvo y suciedad que has recogido. ¿Pondrías todos estos restos en el cubo de la fregona? Pues si limpias directamente irás recogiendo toda esta suciedad y acabarás con agua turbia, repartiendo toda la suciedad de un lugar al otro.
- Usar mucho o poco producto de limpieza
En la etiqueta del producto que utilices encontrarás la cantidad indicada que tienes que poner. Estas instrucciones son para hacerles caso. Si se pone menos, no limpiarás como es debido, y si pones demasiada cantidad, quedarán las marcas de las pasadas.
- No escurrir la fregona suficientemente
Frotar con el mocho demasiado mojado hará que tarde mucho más en secarse y podrían quedar manchas o sombras en el suelo por acumulación de producto. Si escurres bien las fibras de la bayeta antes de pasarla repartirás mejor la solución de limpieza y el suelo se secará antes.
Cometer el error de no escurrir suficientemente la fregona puede ser especialmente perjudicial en suelos de parqué, puesto que la humedad se puede escurrir entre las planchas y con el tiempo podría estropearse. Y si usas agua tibia o caliente, limpiarás mejor y se secará mejor.
- Usar la misma fregona para toda la casa
El lavabo y la cocina son espacios de la casa que se ensucian más que el resto de estancias. Si limpias la cocina, que tiene más grasa, con el mismo mocho que el comedor, parte de esta grasa acabará en el resto de la casa.
Por eso, lo ideal sería que tuvieras una fregona para la cocina, otro para el lavabo y otra por el resto de la casa. Y si tienes un animal de compañía que ensucia, no estaría de más que tuviera el suyo propio.
- No cambiar el agua nunca
A menos que uses el sacrificado truco de los dos cubos de frotar (una con agua limpia y otra para recoger la sucia), tendrías que cambiar el agua de frotar al menos una vez, cuando hayas hecho media casa. Piensa que a medida que vas pasando el palo, el agua se va ensuciando. Si no cambias el agua a medio frotar, la segunda parte del piso lo estarás limpiando con agua sucia y no quedará tan bien.
- La temperatura del agua
El error que mucha gente ha estado cometiendo es fregar el suelo con agua tibia. Lo más probable es que hayas estado haciendo esto también, pero resulta que esta no es la mejor manera de limpiar tu casa. Hay un motivo de peso y es que cuando el agua está caliente, se evaporará más rápidamente y eso significa que los residuos de jabón del agente de limpieza se quedan en el suelo. Este residuo causará rayas y también hará que el suelo se vuelva pegajoso. Es mucho mejor usar agua fría con un poco de limpiador multiuso.
- Utilizar o no vinagre
¿Tienes un suelo laminado? Hay un truco fácil para asegurarte de que esté limpio y brillante de nuevo, tan solo necesitas un poco de vinagre. ¿Cómo es posible? El vinagre blanco, o vinagre de limpieza, es el mejor producto de limpieza cuando se trata de suelos laminados. Si usas vinagre, no tienes que preocuparte por las rayas, manchas o grasa en tu piso. Agrega un chorrito de vinagre a un cubo de agua. También asegúrate de que tu fregona no esté demasiado mojada.