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¿Por qué ponen pendientes a las niñas y no a los niños?

Poner pendientes a los bebés es una tradición que ha sido muy criticada en los últimos años, ¿es bueno o malo para el bebé?

Poner pendientes a los bebés es una tradición que ha sido muy criticada en los últimos años, ¿es bueno o malo para el bebé?
baby | Unsplash/Ignacio Campo

Desde siempre una de las maneras de reconocer si un recién nacido era niña o niño, además de los colores de la ropa (azul para el niño y rosa para la niña) era si llevaba pendientes o no. A las niñas recién nacidas se les ponía pendientes en el mismo hospital, a los niños no.

Con el tiempo esta tradición ha ido cambiando, pero sigue siendo algo común el poner pendientes a las niñas y no a los niños. Cada vez hay más niños (a partir de los 10, 12 o 15 años) que llevan pendiente y menos niñas que los llevan. Pero, ¿es bueno o malo poner pendientes a los recién nacidos?

En el mundo occidental continúa la costumbre de poner a las niñas al cabo de uno o dos meses unos estupendos pendientes, algo totalmente cultural, porque no en todas las sociedades se ornamenta igual a las mujeres ni a la misma edad. En todas las culturas hay rituales de este tipo y en algunas zonas del mundo la preparación de la mujer incluye rituales más cruentos, como los vendajes de los pies en Asia o la mutilación genital en zonas de África.

Poner pendientes a un bebé: por qué no

  • Posible dolor. Recordemos que es una perforación y que la oreja de un bebé es muy blandita y posiblemente sufra en el proceso.
  • Por ser algo cultural. Una manera de romper con la cultura es dejar de hacer las tradiciones que no gustan, si se cree que no deben llevar pendiente los recién nacidos no se deben poner. Cuando el niño o la niña tengan poder de decisión entonces los llevarán o no.

Poner pendientes a un bebé: por qué sí

  • Es cierto que hacer los agujeros para los pendientes es doloroso para la recién nacida, pero también cabe tener en cuenta que es algo que no recordará y que difícilmente puede ocasionarle un trauma o recuerdo doloroso.
  • Cuando la bebé nace, el cartílago es muy delgadito y por tanto más fácil de perforar. Además, en esta etapa la transmisión nerviosa es más lenta por lo que es posible que haya cierto retraso entre el pinchazo y el llanto de la pequeña.
  • La Academia Estadounidense de Pediatría (APP) afirma que, si la perforación del lóbulo se hace correctamente y posteriormente se hace un seguimiento, hay pocos riesgos.
  • Poner pendientes al bebé indica que ya tendrá los agujeros hechos por si de mayor quiere llevarlos. Esto significa que le ahorrarás el dolor de hacerle los agujeros de mayor. Además, si la niña de mayor no quiere llevar pendientes, dejará de hacerlo y con el tiempo, los agujeros se cerrarán por si solos.

Se decida poner o no un pendiente a un recién nacido, lo que es obvio es que hay que valorar una serie de factores. Sobra decir que hay que dejarlo en manos de profesionales y no de cualquiera, también es importante:

  1. Higiene y asepsia. Tiene que ser un centro adecuado que dé las garantías de que tienen experiencia y mantienen estrictas medidas para evitar infecciones. Pueden ser farmacias o centros de estética o piercing.
  2. Pendientes específicos. Hay diversos materiales, todos ellos de calidad quirúrgica, suelen tener la punta algo afilada para facilitar la inserción y la tuerca tapa totalmente la punta para que no roce la piel posteriormente.
  3. Higiene y cuidado posterior. Mantenerlo limpio y seco, usando agua y jabón en el aseo habitual y girándolos un poquito cada día con mucho cuidado.

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