El deporte no solo es un perfecto aliado para mantener el estado físico del cuerpo sino también la mente, de hecho, como ya decían los romanos "mens sana in corpore sano". Es decir, el deporte va a contribuir a que uno se encuentre mejor física y mentalmente. Pero ¿eso significa que previene la aparición de trastornos como la ansiedad o la depresión? Hay múltiples estudios que demuestran que así es.
De hecho, en el año 2015 se publicó un estudio realizado por la Universidad Politécnica de Madrid, en el que se analizaba la actividad física en el tiempo libre. Con esta premisa, se observó que el riesgo de padecer enfermedades mentales en los individuos suficientemente activos se reducía más de un 50% cuando se comparaba con los insuficientemente activos. Por tanto, se demuestra que es muy positivo practicar deporte, tanto es así que el ejercicio de forma regular se asocia a aumento significativo de autoestima, sensación de auto eficacia, reduce la ansiedad transformándose en un aliado esencial en el diseño de las estrategias en salud mental para población de todas las edades.
¿Qué es la salud mental en el deporte?
El concepto de salud mental se ha popularizado de una forma vertiginosa durante los últimos años, y es que ha comenzado la época en la que se le empieza a dar a la salud mental la importancia que tiene. Si bien es cierto que queda mucho camino por recorrer para normalizar el hecho de hablar de nuestra psique sin estigma, como sociedad, se están dando pasos hacia la dirección adecuada. Pero ¿a qué se refiere uno cuando habla de salud mental?
Según la OMS: "La salud mental es un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y puede aportar algo a su comunidad"
Beneficios del ejercicio físico para la salud mental
- Libera las hormonas de la felicidad. Las endorfinas que segrega el cerebro durante y después de realizar ejercicio físico inducen a un estado de mayor felicidad y bienestar emocional. Por ello, es muy recomendable en los casos de depresión o ansiedad ya que ayuda a reducir los síntomas de tristeza, genera sensación de relajación e impacta positivamente la calidad de vida de la persona.
- Alivia y reduce el estrés. Realizar cualquier actividad física es un modo saludable y efectivo de desconectar después del trabajo. Además, practicando deporte también se incrementa la producción de noradrenalina, cuyas funciones abarcan la moderación de la respuesta del cerebro ante situaciones estresantes. En este sentido, la respuesta al estrés quedaría equilibrada por las sensaciones de tranquilidad y bienestar. El ejercicio físico es una excelente forma de liberar el estrés y la tensión acumulados a lo largo del día. Durante el ejercicio, el cuerpo produce endorfinas, que son sustancias químicas que nos hacen sentir bien y reducen el estrés.
- Mejora el estado de ánimo. El ejercicio también puede ayudar a mejorar el estado de ánimo. Las endorfinas que se liberan durante el ejercicio también pueden ayudar a reducir los sentimientos de ansiedad y depresión, y aumentar la sensación de felicidad.
- Mejora la conducta. Los deportes ayudan a reforzar los valores y la conducta en base a las elecciones y la actitud adecuada. Hay que tener respeto no solo por uno mismo sino por los demás ya sean rivales, árbitros, etc. El deporte implica acatar ciertas normas de competición así como, aprender a ganar y a perder. Es lo que se denomina juego limpio. Otros factores que refuerzan la conducta positiva son el trabajo en equipo, el compañerismo, el compromiso y el valor.
- Aumenta la autoestima. El ejercicio físico también puede mejorar la autoestima. Cuando uno se ejercita, su cuerpo se siente más enérgico y saludable, lo que puede aumentar la confianza en uno mismo. Una de las razones por la que muchas personas comienzan una rutina de ejercicios es el cambio físico derivado de la constancia. Un cuerpo más definido se traduce en una mejor autoimagen y por ende en un aumento de la autoestima. La percepción de uno mismo cambia paulatina y conjuntamente con un mejor estado de ánimo suben inevitablemente los niveles de autoestima al aumentar la confianza en uno mismo.
- Reduce el riesgo de enfermedades mentales. El ejercicio físico regular también puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades mentales como la depresión, la ansiedad y la demencia.
- Mejora la calidad del sueño. El ejercicio físico también puede ayudar a mejorar la calidad del sueño. Al aumentar la cantidad de actividad física que se hace durante el día, uno puede sentirse más cansado y tener un sueño más reparador durante la noche.
- Aumenta la sensación de control. El ejercicio físico también puede ayudar a sentirse más en control de su vida. Al establecer y alcanzar objetivos de entrenamiento, uno puede sentirse más capaz y competente.
- Mejora las relaciones sociales. El ejercicio físico también puede mejorar las relaciones sociales. Al participar en actividades deportivas o clases de ejercicio en grupo, se puede conocer a nuevas personas y establecer relaciones positivas con ellas.
- Ralentiza y previene el deterioro cognitivo. La edad es un factor decisivo en los casos de deterioro cognitivo así como para el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas. La ciencia ha vuelto a demostrar que la actividad física, especialmente si se realiza en la juventud y adultez, consigue aumentar las sustancias químicas del cerebro que previenen la degeneración de las neuronas del hipocampo, área afectada en las demencias. Los ejercicios aeróbicos como pasear, nadar o pedalear de forma regular y constante, son las actividades físicas más asociadas a un mejor funcionamiento mental. En el caso concreto del Alzheimer, se puede prevenir o retrasar su aparición con el ejercicio físico que también ayuda a evitar su progresión.
- Aumenta la longevidad. El ejercicio físico también puede aumentar la longevidad. Al mantener un cuerpo saludable y una mente activa, se puede vivir más tiempo y con mayor calidad de vida.