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¿Por qué saben diferente los refrescos en botella de cristal?

Un refresco con hielo es la solución al calor, pero no es igual en lata que en botella de cristal o plástico ¿Por qué saben diferente según el envase?

Un refresco con hielo es la solución al calor, pero no es igual en lata que en botella de cristal o plástico ¿Por qué saben diferente según el envase?
Bebidas azucaradas - Soft Drinks | Flickr/CC/p4nc0np4n

La llegada del verano anima para salir a tomar algo en una terraza, si no se toma alcohol, un refresco suele ser la mejor opción para refrescarse. En un vaso con bien de hielo y una rodajita de limón... plan perfecto. Pero, como bien se puede observar en el supermercado, los refrescos suelen venir en tres tipos de envases: latas y botellas de plástico o cristal. Sin embargo, algunas personas aseguran que el sabor es distinto dependiendo del recipiente en el que se consume. Por ello, ante esta afirmación, las compañías de refrescos han salido al paso y aseguran que la receta de sus bebidas no cambia según la forma en que se envasan, lo que cambia es el material del paquete, y eso puede alterar el gusto.

Por orden de preferencias, los envases en los que guardar los refrescos son, primero la botella de vidrio, seguido de la lata de aluminio, y por último, la botella de plástico. En este sentido, el plástico es mucho más permeable al CO2 que el vidrio y el aluminio, lo que significa que el dióxido de carbono, o efervescencia, se escapará de una botella de plástico mucho más rápido que una botella de cristal o una lata. Otra de las razones que explican que la botella de plástico es la peor manera de conservar los refrescos, es porque tienen un revestimiento de acetaldehído que está diseñado para detener las interacciones, pero también se transfiere al sabor de la bebida.

Analizando los factores que afectan el sabor de la bebida en relación a la exposición con la luz solar, el calor, el tiempo que el producto queda en el depósito, se advierte que el tipo de envasado influye en el sabor. La luz, el calor, produce reacciones químicas en elementos de la bebida y si se tiene en cuanta que algunos de sus compuestos de sabor son moléculas sutiles, estas causas son muy perjudiciales.

Por norma general, los refrescos envasados en botellas de cristal tienen un sabor diferente al compararlos con los que se encuentran enlatados o embotellados en plástico. Esta diferencia en el sabor se debe a varios factores que están relacionados tanto con el material de la botella como con el proceso de envasado. De hecho, las botellas de cristal muestran un sabor más neutro que lo acerca a la receta original e inalterada. En las latas, el polímero que recubre el aluminio, puede absorber bajas cantidades del sabor soluble, azucarado, en el refresco. Igualmente la lengua es muy sensible al sabor del metal y a veces al abrir una lata, es muy probable que se sienta un leve sabor metálico. Las bebidas que se envasan en plástico son más dulces pues se le agrega acetaldehído y las botellas de PET contienen bisfenol que puede mezclarse con el líquido, a veces suficiente para alterar el sabor.

También hay que tener en cuenta que el cristal es un material no poroso, lo que significa que no absorbe ni libera sustancias químicas en el líquido que contiene. Por otro lado, el plástico utilizado en las botellas puede ser permeable a ciertos compuestos, lo que puede afectar el sabor de la bebida con el tiempo. Además, el cristal es un material inerte, lo que significa que no interactúa químicamente con el contenido de la botella. Esto ayuda a preservar la frescura y el sabor natural de la bebida. En contraste, el plástico puede liberar pequeñas cantidades de sustancias químicas en el líquido, especialmente cuando se expone a condiciones de calor o cuando la bebida se almacena durante largos períodos de tiempo. Estas interacciones pueden alterar el sabor original del refresco.

Otro factor que contribuye a la diferencia de sabor es el proceso de envasado. Las botellas de cristal suelen sellarse herméticamente, lo que ayuda a mantener la carbonatación y evitar que el dióxido de carbono se escape con el tiempo, esto garantiza que el refresco mantenga su efervescencia y frescura. En cambio, las latas de aluminio y algunas botellas de plástico pueden ser menos efectivas para mantener la carbonatación, lo que puede hacer que el refresco pierda parte de su sabor característico.

Finalmente, algunos consumidores también atribuyen la diferencia en el sabor de los refrescos en cristal a un aspecto psicológico. El motivo es que el hecho de beber directamente de una botella de cristal puede generar una experiencia sensorial distinta, creando una percepción de que el sabor es más auténtico y satisfactorio.

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