Los humanos bostezan, al igual que muchas otras especies animales pero realmente las razones de por qué se bosteza no están claras, aunque hay varias teorías. No obstante, lo que está claro es que existe efecto contagio y tan solo con ver a una persona bostezar se siente el impulso de hacerlo también.
Pero, ¿Quién no se ha preguntado alguna vez para qué sirven los bostezos? O ¿por qué resultan tan contagiosos? La respuesta a este segundo interrogante cuenta con más consenso entre la comunidad científica. Respecto a para qué sirven y por qué surgen los bostezos la comunidad científica no se pone del todo de acuerdo y, por supuesto, existen diversas hipótesis.
La gente bosteza cuando está cansada, pero también cuando se despierta después de dormir toda la noche, cuando se está aburrido, también ansioso, hambriento o a punto de empezar algo nuevo. Además, cuando alguien bosteza en habitual que acto seguido las personas que están alrededor se contagien de ese bostezo.
Esta acción es una de las más desconocidas por parte de la ciencia, que ha intentado buscar los motivos por los que se bosteza. De hecho, el acto de bostezar es un fenómeno tan común como enigmático que ha intrigado a científicos, filósofos y personas comunes por igual a lo largo de la historia. Aunque aún no se comprende completamente, existen varias teorías que intentan explicar por qué sucede y cuál es su propósito.
En el caso de los humanos, hay que destacar que este comportamiento se observa incluso antes de nacer, y en circunstancias normales se bosteza una media de ocho veces al día. Pero, ¿Qué se sabe acerca de los bostezos? Lo que los científicos tienen claro es que se trata de un acto involuntario, por lo que no se puede hacer cuando se desee y, aunque se intente ahogar, tampoco se puede evitar por completo cuando asalta.
También se sabe que es un ecofenómeno, es decir, una conducta caracterizada por la imitación, lo que hace que los bostezos sean contagiosos para el 60% de las personas. Por este motivo, cuando alguien bosteza cerca aunque se trate de resistir se imitará. También se contagia cuando se ve que alguien lo hace en un vídeo o en una foto, e incluso con solo pensar en ellos.
Ahora, ¿Por qué se producen los bostezos? Una de las teorías más aceptadas es la relacionada con la necesidad de oxígeno y la regulación de la temperatura cerebral. El motivo es que cuando se bosteza se abre ampliamente la boca, permitiendo la entrada de una mayor cantidad de aire fresco y rico en oxígeno. Esto podría ayudar a contrarrestar la disminución en la concentración de oxígeno en el cuerpo, que a menudo ocurre cuando uno está cansado o aburrido y la respiración se vuelve más superficial. De hecho, esto está refrendado por la ciencia ya que algunas investigaciones aseguran que se bosteza para refrigerar el cerebro. El motivo es que cuando se bosteza, se introduce aire frío de golpe que refrigera la sangre que pasa por la cavidad nasal y bucofaríngea, enfriando así el cerebro. Esta necesidad de refrigeración surge porque el cerebro es especialmente sensible al calor. Por ello, al abrir la boca y hacer un bostezo, se facilita la liberación de calor del cerebro y se permite la entrada de aire más fresco que ayuda a enfriar la sangre que fluye hacia la cabeza.
También existen algunas teorías que conectan el bostezo con una función sexual y en concreto con la erección de los hombres. Otros estudios sostienen que el bostezo se trata de un sistema de comunicación primitivo y otros que es un reflejo que se conserva desde los tiempos en los que estábamos en el seno materno. Una última explicación podría ser que el bostezo se produce para reducir la ansiedad y aumentar la atención.
No obstante, estas teorías parecen no ser del todo acertadas. Entonces, ¿por qué se bosteza en realidad? Recientemente, los científicos han encontrado un vínculo entre la longitud del bostezo de una especie y el tamaño de su cerebro y la cantidad de neuronas corticales que tiene. Así, mientras los bostezos de los humanos se prolongan durante seis segundos, los de los ratones duran apenas un segundo.
Pero, hay más teorías y otra teoría señala que se bosteza cuando se está cambiando de estado fisiológico, por ejemplo cuando se pasa de estar dormido a despierto, o de estar aburrido a estar alerta. Esta teoría fue enunciada por el Dr. Robert Provine, y explicaría, por ejemplo, por qué los atletas bostezan justo antes de empezar a competir.
También es habitual que al ver bostezar a alguien inmediatamente se sienta el deseo irrefrenable de imitarlo. Y es que sí, los bostezos pueden ser considerados como un acto contagioso y universal. Esta curiosidad ha llevado a los científicos a investigar qué hay detrás de esta acción. ¿Existe una conexión entre el bostezo y la empatía? Pues bien, un estudio publicado en 2011 descubrió que las personas que presentaban un mayor grado de empatía tenían más probabilidades de contagiarse con un bostezo. Se ha demostrado, además, que 62 de cada 100 personas repiten este acto involuntario por imitación.
¿Por qué son tan contagiosos los bostezos?
El motivo por el qué los bostezos son contagiosos, entre otros, es que están influenciados por patrones circadianos, es decir, por los ciclos que indican a el cuerpo cuando es de día y cuando de noche. No obstante, no hay una teoría concluyente sobre el contagio de los bostezos.
Algunos estudios indican que el bostezo es una forma de comunicar el estado interno de uno mismo. Otros trabajos aseguran que se trata de una acción para promover la vigilancia grupal y sincronizar el comportamiento del grupo. Y existe otra investigación que apunta a que hay una relación entre la empatía y la susceptibilidad al bostezo de forma contagiosa. Lo que está estudiándose es que bostezar al ver a alguien más bostezar podría ser una forma primitiva de comunicación y vínculo en grupos sociales, demostrando que todo el mundo está sintonizado con las necesidades y estados de los demás.
¿Solo los humanos bostezamos?
Todo parece apuntar a que se trata del resultado de millones de años de evolución, además de cumplir funciones similares en diferentes especies. Algunos ejemplos de animales que bostezan son los pingüinos, como ritual de apareamiento; los leones, para demostrar dominio y delimitar su territorio; o los perros, para regular su temperatura corporal.
Los intentos de la ciencia por buscar explicaciones certeras de por qué los seres humanos y animales bostezamos no ha cesado. Sin embargo, las existentes parecen no terminar de explicar al completo este comportamiento.
¿Cómo controlar el bostezo?
Aunque no hay una cura definitiva, hay formas sencillas de reducir la tendencia a bostezar en exceso. Estas formas incluyen:
- Dormir y descansar correctamente
- Beber mucha agua para mitigar la fatiga
- Aumentar la cantidad de ejercicio a realizar, ya que esta actividad promueve una mejor circulación sanguínea
- Consumo de té estimulante, como el té verde o el té negro, para mantenerse alerta durante periodos de aburrimiento o cansancio
- Salir al aire libre para luchar contra el cansancio y a mantener la atención
- Realizar alguna tarea divertida para distraerse