
Llegó el ansiado momento y Michelle Salas, la hija del cantante Luis Miguel, se casó en Italia en una ceremonia de tres días a la que, como era de esperar, acudió su padre en compañía de su pareja, Paloma Cuevas.
Una de las incógnitas a desvelar de la ceremonia, que contó con grandes medidas de seguridad para preservar la privacidad de los novios y los invitados, era el vestido de Michelle. Tal y como ha desvelado la edición mexicana de Vogue, se trató de un espectacular modelo diseñado personalmente por Domenico Dolce y Stefano Gabbana.
En cuanto a la asistencia de Luis Miguel, el Sol de México llegó a retrasar uno de los conciertos de su exitosa gira internacional para estar presente en el evento. Según la revista Quién, que confirma totalmente su presencia en la boda, señalan que el cantante lució un esmóquin negro -respetando el dress code impuesto por la novia- y compartió mesa con los novios, su pareja Paloma Cuevas y los padres del novio, además de Eugenio López, gran amigo de la familia.
Según la publicación, y tratando de ceder todo el protagonismo a su hija, no se tocaron canciones suyas en la boda, ni tampoco dio discurso alguno o bailó en la pista.
Michelle Salas es amiga personal de los diseñadores Dolce y Gabbana, habiendo llegado incluso a desfilar para ellos, por lo que su protagonismo en el enlace era también algo esperado. Fue, de hecho, lo primero que tuvo claro la empresaria a la hora de diseñar su boda de tres días.
La empresaria mexicana se casó así con el millonario Danilo Díaz, que se propuso a la novia en el lago di Como. En la boda estaba prohibido el uso de móviles, por lo que las imágenes de los diversos eventos surgirán con cuentagotas y con pleno control de los novios. Este domingo las mujeres lucirán tonos pastel para el brunch.
