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Consejos para mantener la motivación intacta siempre

La motivación es algo que viene y se va, pero es necesaria algunas veces. Cuando la motivación falla surge la disciplina ¿Cómo mantener la motivación?

File photo dated 01/10/09 of a person using a remote control for a television as teenage boys who spend lots of time in front of the TV or computer screen are at risk of poorer bone health, research has found. | Cordon Press

La motivación es una herramienta esencial en todos los campos de la vida, se necesita para no renunciar al trabajo, para evitar el sedentarismo y, a veces, incluso para salir de casa y quedar con gente. Es tan importante ya que las personas necesitan encontrar un motivo para ver la vida con otros ojos, es decir, si uno consigue, por ejemplo, estar motivado y ejercitarse a diario es probable que esa actividad gratifique y den ganas de seguir con ella. No hay que olvidar que, hablando de deporte, gran parte de las personas que abandonan su entrenamiento es por aburrimiento o porque no encuentran el incentivo necesario para mantenerlo con un hábito constante en la vida.

De hecho, mantener la motivación intacta de manera constante es un desafío al que todo el mundo se enfrenta en distintos momentos de la vida, ya sea en el ámbito profesional, académico o personal. Como se ha dicho anteriormente, no hay que olvidar que la motivación es el motor que impulsa las acciones, ayuda a alcanzar los objetivos y superar obstáculos. Tener motivación para hacer cosas, por mucho que no gusten o asusten, parece que es, en ocasiones, algo con lo que se nace o no. En muchas ocasiones se puede tener la sensación de que existen personas todoterreno que no paran y personas perezosas que, después de trabajar, no encuentran las ganas de nada más. La realidad es que no tiene por qué ser así.

Cuando uno se hace adulto, la vida se convierte en una sucesión constante de pequeñas cosas que tiene que hacer aunque no le apetezca. Por ello, es lógico que, en ciertos momentos, uno se sienta desmotivado o no encuentre las razones suficientes para hacer algunas tareas determinadas. Entonces estas se van dejando para más tarde, procrastinando y lamentando al mismo tiempo y, al final, todos los deberes se acumulan en el último momento.

Ser capaces de hacer cada cosa cuando toca hacerlas requiere de ciertas habilidades con las que se nace pero también pueden practicarse hasta tenerlas interiorizadas. Es el caso de la disciplina, porque que haya personas todoterreno no quiere decir que siempre tengan motivación, sino que son lo suficientemente disciplinados como para seguir haciendo aquellas cosas que tienen que hacer, por mucho que no quieran. Sin embargo, el concepto de disciplina no tiene por qué estar relacionado con la visión tradicional de que es algo inflexible ni con esa disciplina militar en la que se piensa normalmente como castigo. Todo lo contrario: puede ser un concepto amable y adaptable a cada circunstancia.

Lo cierto es que el ser duro con uno mismo, o que los demás lo sean, no va a hacer que del interior surja una gran motivación, al contrario de lo que se ha pensado tradicionalmente. Generalmente, en ámbitos como el deporte, se ha llegado a pensar que, cuanto más duro se es con alguien y más se le critica, mayor motivación encontrará para mejorar y progresar en su camino. Sin embargo, por mucho que esto pueda funcionar para algunas personas, la verdad es que, para la mayoría solo hace trabajar por las razones equivocadas, es decir, no se hace porque se quiera mejorar para sentirse mejor con uno mismo, sino porque no se quiere sufrir por las críticas de los demás o las propias. De hecho, psicólogos especializados en deporte han demostrado a lo largo de los años de que existe una relación entre la forma en que uno se habla a sí mismo y su rendimiento. Hablarse a uno mismo de forma positiva será lo que motive a seguir mejorando progresivamente, algo que también se ha demostrado en ámbitos académicos.

En general, el hecho de recibir feedback positivo siempre será más beneficioso que cualquier tipo de castigo o crítica destructiva, y es algo que se puede aplicar a cualquier ámbito de la vida. Aunque no se haga deporte o no se estudie, es importante comprender el cómo afectan los pensamientos que uno tiene hacia sí mismo, para trabajar hasta lograr esa disciplina amable o suave. Esto es porque, a través de ella, se podrá conseguir todo lo que uno se proponga, ya sea en el día a día o respecto a objetivos más grandes. Pero, para poder cambiar esa mentalidad negativa resulta útil pararse a pensar y reflexionar acerca de la procedencia de esos pensamientos ¿Vienen de alguna experiencia que hayan marcado? ¿Representan un reflejo de lo que se ha vivido? ¿Son las mismas palabras que otra persona usó para referirse a mí?

Tipos de motivación

Para empezar es muy importante conocer qué tipos de motivación hay y en qué se diferencian, porque es imprescindible para encontrar la voluntad que impulsará en los momentos más difíciles.

  1. La motivación intrínseca: La motivación intrínseca es la que proviene de dentro de uno mismo, es decir, la que se sustenta sobre sus valores, sueños y deseos. Está ligada a la necesidad de autorrealizarse, aprender y crecer personalmente.
  2. La motivación extrínseca: La motivación extrínseca son los factores ajenos a uno que motivan a hacer algo, como por ejemplo el dinero, el reconocimiento social o la fama. Es, en definitiva, la recompensa que se espera conseguir por hacer algo.

Consejos prácticos para mantener la motivación siempre alta

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