
Cada 31 de diciembre, la tradición de las doce uvas se mantiene viva en España y muchos otros países, marcando el fin de un ciclo y el comienzo de otro. Sin embargo, a la hora de elegir las uvas, surge la pregunta: ¿rojas o verdes? Ambas variedades tienen beneficios para la salud, pero también se asocian con diferentes simbolismos y propiedades.
Las uvas verdes, también conocidas como blancas, se distinguen principalmente por sus propiedades antioxidantes. Contienen una alta concentración de polifenoles, que protegen las células del daño causado por los radicales libres, lo que ayuda a prevenir el envejecimiento celular. Además, son una excelente fuente de vitamina C, que juega un papel crucial en la producción de colágeno y en la salud de la piel.
Por su parte, las uvas rojas son particularmente conocidas por su contenido de resveratrol, un compuesto que se ha asociado con la prevención de enfermedades cardiovasculares y la mejora de la circulación sanguínea. Este antioxidante también tiene propiedades antiinflamatorias y puede contribuir a reducir la presión arterial. Además, se le atribuyen efectos positivos sobre la longevidad y el sistema inmunológico, lo que hace que sean una opción favorable para aquellos que buscan cuidar su salud.
Ambas variedades ofrecen nutrientes valiosos y, aunque las uvas rojas destacan por su resveratrol y las verdes por su alto contenido en vitamina C, la decisión entre una u otra depende más de las preferencias personales que de los beneficios significativos para la salud.
El origen de la tradición de las uvas
La costumbre de tomar doce uvas al son de las campanadas de Nochevieja tiene sus raíces en España, aunque con el tiempo se ha extendido a varios países de América Latina. Se dice que cada uva representa un deseo para cada uno de los meses del próximo año y la tradición simboliza la despedida del año que termina.
Aunque la costumbre tiene una larga historia, en realidad, se popularizó a principios del siglo XX. En 1909, una cosecha excepcionalmente buena de uvas llevó a los productores a venderlas como "uvas de la suerte", empaquetadas en lotes de doce, representando los doce meses del año. Desde entonces, la tradición ha perdurado y se ha perfeccionado, convirtiéndose en un acto de esperanza y deseos de bienestar para el nuevo ciclo que comienza.
¿Tradición o gusto personal?
La elección entre las uvas rojas o verdes, aunque está relacionada con los beneficios de cada tipo, también está influenciada por el gusto personal de cada uno. Mientras que algunos prefieren las uvas verdes por su sabor más fresco y ácido, otros optan por las uvas rojas debido a su dulzura y el simbolismo asociado con la salud cardiovascular.
No obstante, la tradición de las doce uvas sigue siendo la misma, independientemente de la variedad elegida. El acto de comerlas al compás de las campanadas se ha convertido en un ritual lleno de esperanza, que acompaña a millones de personas en el paso de un año a otro.
Otras tradiciones de Nochevieja
Además de las uvas, en muchas culturas existen otras costumbres y rituales que se siguen para atraer la buena suerte en el nuevo año. En España, por ejemplo, se dice que llevar ropa interior roja en Nochevieja trae suerte, especialmente en el ámbito del amor. También existe la creencia de que la ropa interior amarilla atrae la prosperidad económica.
Para quienes buscan éxito en sus viajes, se aconseja colocar maletas fuera de la casa, mientras que aquellos que desean atraer dinero pueden guardar monedas o billetes en sus zapatos. También se considera de buen augurio encender velas de colores como blanco, rojo y verde, y dejarlas consumir hasta el final de la noche.


