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España ya produce diamantes sintéticos para joyería y microchips

En Trujillo, Diamond Foundry fabrica diamantes en cuatro semanas y trabaja en aplicaciones para microelectrónica.

En Trujillo, Diamond Foundry fabrica diamantes en cuatro semanas y trabaja en aplicaciones para microelectrónica.
Diamond Foundry

En Trujillo, una nave de 6.000 metros cuadrados ha situado a Extremadura en el mapa global de la innovación. Desde 2023, Diamond Foundry produce allí diamantes sintéticos idénticos a los naturales, replicando en laboratorio la presión y el calor del interior de la Tierra. El proceso, que en la naturaleza dura miles de años, se completa en apenas cuatro semanas gracias a 20 reactores de plasma capaces de cristalizar carbono puro a más de 1.000 grados y bajo presiones extremas.

La planta no solo abastece al mercado de la joyería, sino que trabaja en uno de los desarrollos más ambiciosos de la industria tecnológica: las láminas de diamante monocristalino que pueden revolucionar la fabricación de microchips.

El diamante detrás de cada chip

Diamond Foundry ha diseñado y construido una tecnología propia para producir obleas de diamante de grado semiconductor. Según la compañía, este material ofrece ventajas térmicas y eléctricas que superan ampliamente al silicio, hasta el punto de que puede mejorar la velocidad de cálculo en centros de datos y acelerar un 300 % el rendimiento de chips de inteligencia artificial.

En aplicaciones de electrónica de potencia, como los sistemas de carga de vehículos eléctricos, permitiría fabricar componentes seis veces más pequeños, reduciendo el tamaño y el consumo. En comunicaciones inalámbricas, podría triplicar la distancia de transmisión de la señal. La compañía resume su objetivo con un lema: "un diamante detrás de cada chip".

Un plan a largo plazo

El proyecto de Trujillo es parte de una hoja de ruta de 30 años. En su primera década, la empresa se centró en demostrar que el diamante sintético podía sustituir al natural en joyería. A partir de 2023, ha comenzado la introducción de obleas de diamante en la industria tecnológica, y para 2033 planea usarlas como semiconductores plenos, aprovechando —afirman— su 17.200 veces mayor rendimiento eléctrico frente al silicio.

Fundada por ingenieros de MIT, Stanford y Princeton, Diamond Foundry asegura controlar más del 90 % del mercado global de diamantes de gran tamaño y lleva cinco años consecutivos generando beneficios.

Impacto económico y proyección internacional

Con una inversión inicial de 275 millones de euros y 81 millones en ayudas aprobadas por la Comisión Europea, la planta ya emplea a decenas de ingenieros y técnicos especializados, y prevé ampliar su plantilla en los próximos años. Además, su actividad abre la puerta a atraer un ecosistema de empresas auxiliares relacionadas con la alta tecnología, consolidando a Extremadura como un nodo industrial en el sur de Europa.

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