La plaga descontrolada de jabalíes obliga a las autonomías a pedir ayuda a los cazadores

La población de jabalíes en España está descontrolada y ya supera el millón de ejemplares, según estimaciones del Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos (IREC). A pesar de que cada año se cazan cerca de 400.000 ejemplares, esta cifra podría duplicarse para 2025. Las consecuencias de esta superpoblación ya están siendo desastrosas para la agricultura, suponen un peligro para la población debido a los acercamientos cada vez más frecuentes y también suponen un enorme factor de riesgo para la entrada de la peste porcina en nuestro país. La caza es la única solución para controlar a un animal sin depredador natural, pero incluso los cazadores valencianos ya amenazan con hacer huelga si la administración no les ayuda con los costes de gasolina y munición.

El aumento descontrolado de la población de jabalíes supone una amenaza a la biodiversidad porque produce un desequilibrio ecológico y graves daños al ecosistema. En Cataluña, los agricultores están desesperados por los más de 230.000 jabalíes que campan por las cosechas destrozando plantaciones que los payeses ya ni siquiera cuantifican. Hay que tener en cuenta que un jabalí adulto puede comer entre uno y dos kilos de alimentos al día, así que los animales censados por la Generalidad pueden llegar a engullir entre 84.000 y 168.000 toneladas de comida al año.

¿Por qué hay tantos jabalíes? Uno de los primeros motivos es que no tienen depredadores naturales, su tasa de reproducción es muy alta y no tienen problemas para encontrar comida gracias a su alimentación omnívora. Así que cuando llegan a un medio natural, lo colonizan, se multiplican y se convierten en plaga. Se considera que la actividad cinegética es la herramienta más eficaz para controlar las poblaciones de jabalí. Pero según IREC, para controlar las poblaciones de jabalíes es necesario capturar cada año entre un 65% y un 70% de su población.

Peste porcina africana

Con el objetivo de proteger a los agricultores, la Generalidad catalana ha decretado la alerta cinegética para aquellos territorios en los que haya más de ocho jabalíes por kilómetro cuadrado. Otra de las preocupaciones de la administración es la peste porcina africana, que se ha expandido velozmente por Europa debido principalmente a la superpoblación de jabalíes. Si un solo ejemplar infectado llega a España, habría que cancelar las exportaciones de carne porcina fuera de la UE.

"La población de jabalís ha aumentado un 700% en Europa en los últimos años", ha alertado el responsable de porcino en COAG, Jaume Bernis. "Y lo mismo están hoy aquí y mañana a 40 kilómetros. Es un vector preocupante y la principal causa de la trasmisión de la enfermedad en los países. Desde COAG hemos pedido y reiterado que se coloquen jaulas para controlar la población de jabalís y bajar el censo".

Galicia fue una de las primeras comunidades en presentar un control poblacional del jabalí a medio y largo plazo para prevenir la peste. Según destacó la directora general de Patrimonio Natural de Galicia, esta comunidad ha destinado casi 10 millones de euros para controlar a los jabalíes desde el año 2016.

Huelga de cazadores

En Asturias también se ha establecido un programa de control del jabalí. Además de permitir a los cotos regionales realizar batidas en su territorio durante el mes de marzo, también se han impulsado planes extraordinarios de caza en zonas costeras y de cultivos, controles en refugios por parte de las sociedades de caza y otros selectivos en las zonas periurbanas por parte de la Guardería del Medio Natural y de las sociedades de arqueros colaboradoras.

Sin embargo, hasta los propios cazadores reconocen sentirse desbordados, tal y como ha denunciado la Real Federación de Caza de la Comunidad Valenciana. Su presidenta, Lorena Martínez, se ha reunido con el secretario autonómico de Medio Ambiente, Francisco Candela, comunicarle que si la administración no atiende a las necesidades de los cazadores, dejarán de abatir jabalíes.

Según la Federación de Caza, "los cazadores actualmente sólo cuentan con sus propios recursos, sin incentivos ni ayudas. Emplean gran tiempo de sus vidas y ya no de manera voluntaria sino desde la obligación de tener que ir a cazar jabalíes. Se tienen que costear el cien por cien de la munición que emplean, que actualmente está a precios prohibitivos, mantener los perros que participan en las cacerías, el combustible de ir a los cazaderos".

También han denunciado que, una vez abatidos los jabalíes, no hay ningún centro de la comunidad donde puedan llevarlos para realizar analíticas de detección de la triquina, en caso de autoconsumo, "hecho que ya casi nadie hace a día de hoy pues los cazadores tienen los congeladores llenos de estos animales".